La mirada del amor

Crítica de Lisandro Liberatto - Alta Peli

Un drama romántico bien interpretado por Annette Bening y Ed Harris que nunca alcanza su máximo potencial.
El amor después del amor

La Mirada del Amor es el segundo film del director y guionista Arie Posin, quien presentó su opera prima, The Chumscrubber, con mucho éxito en la edición 2005 del Festival de Sundance. Diez años después nos llega este nuevo trabajo, un drama romántico encabezado por Annette Bening y Ed Harris que si bien es correcto en todo momento, pareciera siempre quedarse a un paso de conectar con el espectador.

La premisa que nos propone Arie es intrigante y por momentos -como todo en esta película- bastante bien aprovechada. Nikki Lostrom (Benning) perdió a su esposo Garret (Harris) cuando este se ahogó durante unas vacaciones en México. Cinco años después, durante una visita a un museo, conoce a Tom (también interpretado por Harris), un profesor de arte divorciado que resulta ser el doble físicamente exacto de su marido y con quien comenzará una relación. Nikki nunca logró superar la muerte de Garret, por lo que usará la relación como Tom como una suerte de segunda oportunidad que lentamente se irá volviendo más enfermiza cuando comience a confundirlos.

Es sobre el personaje de Benning donde reposan los conflicto más interesantes de la película. Después de enviudar, Nikki pone su vida en pausa durante cinco años hasta que conoce a Tom, lo que termina por devolverle la alegría de vivir. Pero aquí nacen tambien algunas dudas, Nikki quiere mantener a Tom en secreto de sus conocidos y al mismo tiempo le oculta a este el enorme parecido físico con su difunto esposo. Uno pensaría que esto es un combo explosivo, que tarde o temprano alguien se va a dar cuenta o que la pobre cabeza de Nikki no va a aguantar la confusión. Pero no. Los conflictos desaparecen tan fácil como aparecieron. Los momentos en que hay que confrontar la verdad y requerían una escena poderosa que busque algún tipo de emoción en el espectador, están mostrados de una manera tan tibia que ni siquiera con la buena labor de Annette Bening y Ed Harris es suficiente. Arie claramente pretende armar un relato al rededor de la pena y el luto, y aprender a dejar ir a nuestros seres queridos. Pero carece de la emotividad necesaria para causar algún tipo de impresión. Más allá de un puñado de escenas muy especificas, la pasividad con la que avanza el relato acaba con todo el potencial de la historia.

El film contiene una de las últimas interpretaciones del desaparecido Robin Williams. Aquí el actor interpreta a un vecino de Bening quien fuera amigo de su esposo. Al igual que ella es viudo y siente una atracción por su vecina. Por desgracia Williams está completamente desaprovechado en un pequeño papel que termina por influir en nada en la historia y con una sub-trama que no va para ningún lado.

Conclusión

La Mirada del Amor es una película que abre conflictos prometedores y hace preguntas interesantes, todo sostenido por las buenas labores de Benning y Harris. Pero aunque crea interrogantes que logran mantener nuestra atención hasta el final, nunca encuentra la mejor manera para resolverlas.