La Lupa

Crítica de María Bertoni - Espectadores

Una pequeña reproducción de la estatua esculpida en homenaje a la loba o Luperca que amamantó a Rómulo y Remo es el leitmotiv del ensayo que Marina Zeising filmó sobre las distintas maneras de imaginar, entender, ejercer la maternidad. La representación de aquel animal mítico inspiró, no sólo el título –La lupa, en idioma italiano– y el afiche del documental en cuestión, sino la elección de un enfoque consecuente con las reivindicaciones feministas del siglo XXI, y por lo tanto crítico del biologicismo patriarcal.

La difusión del mandato naturalizado y el reconocimiento de esa construcción social son los extremos del camino que Zeising transita con su deseo –y miedo– de convertirse en madre a cuestas. En esta instancia, la realizadora repasa algunos de los estereotipos históricos que la escuela, la publicidad, la TV, el cine ayudaron a fijar y que el feminismo busca desinstalar. Lo hace con tino, contraponiendo extractos de viejos noticieros y porciones de entrevistas a militantes feministas.

Por un sendero adyacente Zeising llega a otras mujeres: parientes, amigas, desconocidas que ejercen el (o un) rol de madre, y a profesionales formadas para orientar y/o acompañar en esta aventura. Estos testimonios constituyen otro plato fuerte del documental.

Existe un tercer desplazamiento que consiste en dos travesías de larga distancia, una a Roma y otra a Oslo. El viaje al país nórdico supone un reencuentro con los orígenes familiares que refuerza la impronta autorreferencial del ensayo. Esta escala también responde a cierta pretensión de universalidad, a partir de la constatación de algunas coincidencias entre mujeres argentinas, italianas, noruegas.

“Lo personal es político” sostiene Zeising en el transcurso de su largometraje, y con la frase atribuida a Carol Hanisch parece justificar la decisión autoral de ocupar un espacio destacado ante cámara y entre las voces registradas. Sin embargo, la cita difícilmente conmoverá a los espectadores cansados del cine filmado en primera persona del singular. A esta porción de público reacio, conviene recomendarle un largometraje anterior de la realizadora: Lantéc Chaná.