La ley del mas fuerte

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Una historia violenta

Uno de los modismos comunes y a veces, no siempre, muy exasperantes del circuito cinematográfico autóctono es esa necesidad de modificar el titulo a las producciones extranjeras para su estreno en la cartelera local.
Éste es uno de esos ejemplos. El titulo original es “Out of the furnance” cuya traducción literal sería “Fuera del horno”, situación que deriva en la historia y el antagonismo simple de los dos hermanos protagonistas del relato, uno como personaje que hace accionar al otro, pero esto podrá ser leído a medida que avanza la narración, ya que ese horno, por las imágenes con que lo representan, casi podría tomarse como metafóricas, tiene mucho de averno y ello está en relación directa con los personajes y las situaciones, o sea depende de la construcción.
La realización tiene mucho en cuanto a lo secuencial, dicho de otro modo, el camino hacia lo inevitable del filme “Una historia violenta” (2005), más en realidad, y simultáneamente tiene diversos puntos de contacto con la ganadora del premio “Oscar” en 1978 “El Francotirador”, respecto del trabajo del protagonista, los cazadores de siervos, el medio ambiente donde se desarrolla la historia y la presencia de la guerra en la cotidianeidad yankee, ya no es Vietnam, ahora es Irak.
“La Ley del más Fuerte” no sólo tiene mucho de anticipatorio, sino que a partir de dejar fuera la metáfora, una vez presentados los personajes y el posible conflicto todo se vuelve demasiado previsible.
Russell Baze (Christian Bale) es operario en una fundición de metales en un pueblo “Rust Belt”, que siempre sobrevivió sobre la espalda de esta empresa y que ahora está en proceso de cierre. Su hermano Rodney Baze Jr (Cassey Affleck) es un veterano de guerra que no quiere seguir la tradición familiar de emplearse en el mismo lugar que determino la enfermedad terminal de su padre.
Ambos con el mismo sueño de irse para siempre y ambos con su infierno a cuestas, el mayor haber purgado muchos años de prisión por un delito que no cometió, el otro por el daño psicológico que le terminaron produciendo las distintas incursiones en las que participo, de las tantas guerras llevadas adelante por su país. Uno ahorrando con lo que gana en su trabajo, el otro buscando hacer dinero fácil con los dones que posee, la fuerza de sus puños., por lo cual se contacta con John Petty (Willem Dafoe) para que le organice una pelea callejera con el principal hacedor de ese tipo de actividad ilegal, Harlan DeGroat (Woody Harrelson) un violento por antonomasia e inimputable más por ineficacia de los representantes de la ley que derivado de su impunidad, que la tiene.
Hechos y situaciones que derivaran en puntos de no retorno de los personajes, el relato que se presentaba como de violencia social a partir de la decadencia económica del lugar, lo que se traduciría en la desprotección de la población y desde aquí centrado en la individualidad.
Hasta el medio ambiente retratado, esos lugares inhóspitos, casi salvajes, muy alejados de las grandes ciudades daba cuenta de una violencia no corpórea, en un ámbito de “machos” en que los hombres son los únicos que pueden sobrevivir, pero el relato se desvía hacia la nunca bien ponderada “justicia por mano propia”
Lo mejor del filme, además de la mayoría de las actuaciones, es su estructura narrativa clásica, progresiva, no hay demasiados recursos narrativos, ni tampoco generación de suspenso, acciones sólo acciones, violentas, constantes y el diseño de arte en general, haciendo foco en la fotografía con tonos fríos, como respondiendo al cuento, pero seduciendo al espectador con la galería de nombres que se prestaron para esta producción a los ya nombrados se les debería sumar la bella Zoe Saldaña, el infalible Sam Sheppard, Forest Whitaker, entre otros.
El filme entretiene más allá de la previsibilidad del relato, gracias a esa selección de actores.