La larga noche de Francisco Sanctis

Crítica de Jessica Johanna - El Espectador Avezado

Tras su exitoso paso por el BAFICI, donde ganó como Mejor Película en la Competencia Internacional, llega esta versión cinematográfica del relato homónimo de Humberto Constantini enmarcado en la década de los 70s.
En “La larga noche de Francisco Sanctis” se retrata una noche que no es una noche más para su protagonista, un hombre ya adulto y con una familia formada. Mientras en una época agitada para el país él lleva una vida lo más tranquila posible aunque también rutinaria (una rutina con la cual parece llevarse bien), se aferra a la posibilidad constantemente truncada de un ascenso. Un día recibe el llamado de una mujer de su pasado, una compañera que evidentemente dejó cierta huella en él, y le pide la autorización para publicar un poema que él había escrito durante aquellos años que dejaron atrás. Pero lo que Francisco esperaba que fuese un lindo reencuentro se convierte en un pedido de ayuda: ella le da un par de nombres y un domicilio para que él les pueda avisar, a estas personas que ni siquiera conocen, que se los van a llevar.
Ella le recalca que está igual, que ve a esa misma persona de años atrás. Aquella que escribió un poema que hoy (el hoy del film) lo metería en problemas. Pero él no lo cree, dejó atrás esa juventud e ideales para amoldarse a la situación política y social como pudo. “Ya no somos jóvenes, ellos se lo buscaron”, le dice en un momento su amigo de pool y copas, sin saber lo que realmente le está sucediendo a Francisco en esa interminable noche de deambular por esa ciudad fantasma. Una noche en la que además comienza a reencontrarse con él mismo otra vez.
Dirigida y escrita a cuatro manos por Andrea Testa y Francisco Márquez, el film pone su peso en su protagonista Diego Velazquez, quien es capaz de transmitir toda esa disyuntiva entre lo que sucede por su cabeza, la idea de seguir con su vida de ese modo tranquilo, pero ¿cómo hacerlo cuando el destino de dos personas están en tus manos?
Con una factura técnica impecable y un trabajo notable de su protagonista, La larga noche de Francisco Sanctis es una película muy interesante y bien contada, enfocada en lo personal de su personaje principal, de aquí que sea tan indispensable la buena labor de Velazquez. Es junto a él con quien vivimos esta noche que puede terminar de muchas maneras, pero el foco no radica allí, sino en ese proceso de transformación entre tantas dudas y contradicciones. El contexto político nunca aparece visualmente (no hay imágenes de archivo ni ficcionalizadas de militares o políticos) pero al mismo tiempo está más presente que nunca en su protagonista.
El uso de la canción “Un beso y una flor” por Nino Bravo logra además una de las escena más bellas y demoledoras al mismo tiempo, es un Francisco Sanctis cada vez más comprometido y al mismo tiempo lleno de miedo.
La puesta en escena, la recreación de época desde un tono sombrío y oscuro, terminan de hacer de “La larga noche de Francisco Sanctis” una de las películas argentinas más interesantes del año.