La gran aventura Lego

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

En la factoría del cine de animación hay una constante que se viene repitiendo desde hace muchos años, la misma, de manera malpensada, podría establecerse en la lógica de que los niños van al cine acompañados por algún adulto, léase, padres, tíos, abuelos, etc.

Desde esta variable es que se instaló la construcción y desarrollo del cine de animación para chicos con muchos elementos que atraigan a los grandes, referencias directas de otras películas y discursos bien intencionados, hasta podría leerse progresistas.

En este caso queda instalado desde lo narrado en la lucha entre el bien y el mal, puestos los elementos versátiles del bien en un personaje común en situación extraordinaria.

La historia se centra en Emmett, un albañil cuya vida esta regida por el deber, rutinario y obediente, en un mundo perfecto y feliz, donde la canción favorita, y parece ser la única que pueden oír y cantar, es “Todo es Increíble”, pegadiza, antojadiza y lavadora de cerebros, compuesta y promocionada por el tirano Sr. Negocios.

Hasta que nuestro típico y en primera instancia antihéroe es reclutado por error en el grupo de los maestros constructores, ya que para pertenecer a este selecto conjunto se debe poseer la virtud de la creatividad, todo un don que Emmett no cree poseer.

Pero la leyenda dice que llegará el día en que uno de los olvidados de siempre será el que promueva la rebelión contra el malvado, y este simple y obediente operario parece ser el elegido. Pero él no estará solo, lo acompañara en la descabezada misión una joven, la valiente y “subversiva” Estilosalvaje (¿se escribirá todo junto?).

El mayor logro de esta producción se encuentra en la construcción de la imagen, a pura creatividad de los mismos responsables de filmes como ya “Lluvia de hamburguesas” (2009) y “Comando Especial” (2012), Phil Lord y Christopher Millar, aquí también en la doble función de guionistas y directores, proyectan y establecen con mucha creatividad y naturalidad una nueva tradición, apoyándose en la instalada por los juguetes Lego, una marca registrada.

El problema que plantea la realización esta dado por la intencionalidad sobre el grupo etario al que va dirigido, por un lado, y desde lo puramente estético es indudable que el grupo de 3 a 5 años estará de para bienes, aunque quede fuera de su entendimiento los gags más graciosos, los más grandes ni querrán ir, y para ellos indudablemente es el cierre de filme con una vuelta de tuerca que al mismo tiempo involucra a los padres.

El otro punto, y eso es claro desde el titulo, constantemente se respira aire a una gran publicidad del producto. ¿Esta Mal?

El filme cumple con su cometido. Bien construido, narrativamente ágil, algunos buenos diálogos y buenos gags. En suma, entretiene.