La era de hielo 5: Choque de mundos

Crítica de Germán Pérez - Notinac

La Era de Hielo: Choque de Mundos continua las aventuras de Manny, Sid, Diego y Scrat. Esta vez, tratando de salvar al mundo de una amenaza que viene desde el espacio para destruir el planeta. Suena extraño cuando digo “amenaza”, porque es una palabra que, para ser la quinta parte en esta franquicia, se vio representada en cada una de anteriores películas. Tuvimos amenazas por todo tipo de elementos: amenaza por tierra, amenaza por mar ¿y ahora toca? ¡Amenaza por aire!. A La Era de Hielo sólo le interesa contar historias que tratan pura y exclusivamente sobre amenazas.

Si nos remontamos al año 2002, con la primera Era de hielo, vemos a varios individuos de diferentes especies, subsistiendo como podían, tratando de sobrevivir en un mundo despoblado, que poco a poco estaba llegando a su fin. Uno podía apreciar la soledad y diferencias que tenían estas especies. Gracias a la ayuda de un bebe humano, las diferencias entre los protagonistas quedaron atrás para formar una amistad absolutamente sólida. ¿Qué pasa ahora 4 películas más tarde? ¡Los solitarios héroes están rodeados de familiares y amigos! La Era de Hielo se transformó poco a poco en La Familia Benvenuto (1991-1995), el pequeño grupo paso de luchar por estar vivos a prácticamente pagar una cuota alimentaria al por mayor. Todo objetivo logrado originalmente, se perdió a medida que la saga estrenaba una nueva continuación.

En Choque de Mundos, la variedad de bromas y gags que se van presentando con este wolfpack de especies es grande, pero la mayoría no consigue generar alguna reacción en el público, ni siquiera el retorno de Buck, el personaje interpretado por Simon Pegg ayuda un poco en este asunto. Ahora sí, la química entre Manny, Diego y Sid sigue intacta y las –pocas- dosis de humor efectivas vienen exclusivamente de parte de ellos y la excepción a esto es la abuelita de Sid, la cual se roba alguna que otra escena.

Elevando un poco la historia hacia el espacio, tenemos al verdadero culpable del conflicto: Scrat. Scrat y su bellota regresan en un viaje interestelar que predeciblemente pone en sombra el resto de la trama que sucede en la tierra. A pesar de su presencia, justamente, estelar, el eterno sufrimiento de este diminuto amigo, ya no produce el mismo efecto de años atrás y su historia queda nuevamente inconclusa para ser resuelta en un futuro proyecto.

En esta secuela el trabajo de Michael J. Wilson, Yoni Brenner y Micheal Berg -sus guionistas– es sumamente pobre. No logran cautivar al público y el mensaje (a esta altura obligatorio en toda película animada) se siente superficial. Tal vez su mayor esfuerzo en esta entrega se vea cuando implementan, nuevamente, a personajes antipáticos y cameos de celebridades ya vistas en otras películas del año (a Neil de Grasse Tyson, el astrofísico, si siguen contratándolo, lo vamos a poder ver hasta en la sopa).

La Era de Hielo: Choque de Mundos añade otro escalón olvidable y no genera grandes sensaciones. Cumple a la hora de sacar una sonrisa pasajera hasta ahí, sin exigir nada más y por lo que veo esta saga está a un paso de extinguirse por el poco esfuerzo de sus realizadores.