La casa de al lado

Crítica de Santiago Balestra - Alta Peli

¿Más predecible no había?

Nuestro endeble second in command, el Señor Fedex Cobreros, no hace mucho escribió un artículo sobre cómo últimamente el terror ha cambiado para mal durante los últimos años. Predecible, sobresaltado, pero que al fin y al cabo no te quita el sueño. Poco sabría yo que vería una película que es una demostración de 100 minutos de cuan acertado es su escrito.

¿Cómo está en el papel?

Si hay una película con lugares comunes hasta en el más mínimo detalle y giros de guión que parecen metidos con calzador es ésta. El personaje de Jennifer Lawrence es el único que goza de una pizca de profundidad y multidimensionalidad. Todas las presentaciones y acciones de los demás personajes están tan chatos y desprovistos de las dos cualidades antes mencionadas que cada vez que aparecen en escena, destilan una sensación que creo quedará mejor definida con este video:

¿Cómo está en la pantalla?

A nivel técnico es la arquetípica película de terror de este nuevo milenio: videoclipera, con cortes rápidos, sobreexposiciones de luz y cámaras lentas que más que dar miedo dan la noción de estar viendo una publicidad. Hasta el arte es un compendio de lugares comunes, tales como el sótano húmedo y lúgubre y la muñeca pepona que destila todo menos inocencia.

Del lado actoral, hay unas pequeñas sobreactuaciones, sobre todo en Elizabeth Shue (¿Que te paso, Isabelita? Eras chévere hasta en ese bodrio de El Hombre Sin Sombra, pero acá te fuiste a la B), pero el gran atractivo y el gran talento de esta película es incuestionablemente Jennifer Lawrence. Aparte de tener, con perdón de las damas, un incuestionable atractivo físico, la chica sabe actuar y su interpretación es lejos lo más disfrutable de la peli.

Conclusión

Un chato y predecible intento por sorprender sólo soportable por su carismática protagonista. La película como un todo, no asusta, ni hace un intento por siquiera narrar adecuadamente; mete un montón de giros de guión, que más que sorprender, en el mejor de los casos llegan a generar apenas un “Meh…”