La carretera

Crítica de Martín Fraire - País 24

Con la muerte en los talones

Desoladora. Esa es la primera impresión que genera La carretera, la nueva película de John Hillcoat (responsable también del western Propuesta de muerte) un film que genera incertidumbre desde sus primeros minutos.

Enmarcada dentro del género post-apocalíptico, la cinta narra la historia de un padre y su hijo, quienes intentan llegar a pie y sin demasiados elementos disponibles hacia un destino prefijado. El planeta, azotado por una serie de sucesos no explicados, se haya desierto y ya casi no quedan seres vivos. En este marco los personajes principales –al igual que el resto de los que eventualmente puedan aparecer- tendrán un solo objetivo: sobrevivir.

Es en este punto donde el director hace uso de los elementos dramáticos para enmarcar la historia. Porque si bien es cierto que las películas sobre seres humanos que intentan subsistir en un mundo desolado sobran –desde El hombre omega, hasta Niños del hombre; el cine de John Carpenter, hasta George Romero- La carretera tiene ciertos aspectos que se explotan de manera favorable para la narración de la historia.

Si la sola idea del padre que intenta mantenerse con vida junto a su hijo también remite a otro tipo de cine, el desarrollo psicológico de los personajes es también otro punto fuerte del film. No sólo porque la muerte siempre estará ahí, acechando y amenazando con ser la única salida lógica en un mundo que ya no la tiene (“Si existe un Dios, ya nos ha dado la espalda” se dirá), sino también porque la frágil línea que separa la locura de la razón es cada vez más difusa.

Se podría pensar que todo en este mundo apocalíptico puede causar temor, sin embargo la película de Hillcoat no deja de tener cierto halo de esperanza. Principalmente a través de los personajes protagónicos.

Basado en el prestigioso libro de Cormac McCarthy (autor de No country for old men, título que permitió a los hermanos Cohen hacerse con el Oscar a Mejor Película) la cinta también se apoya en las creencias religiosas, morales y éticas del ser humano. ¿Qué distingue lo bueno de lo malo? ¿El fin justifica los medios? ¿Hasta qué límite puede ser llevada la capacidad humana?

Lo cierto es que ante semejante panorama, la credibilidad del film se vería deshecha si el trabajo técnico no estuviera a la altura de lo que la propia historia demanda. Y aquí aparece – por suerte- la talentosa mano del director. Tanto la maravillosa fotografía de Javier Aguirresarobe, como la funcional banda de sonido de Nick Cave y Warren Ellis ayudan a la conformación de la historia.

Párrafo aparte merece el trabajo del elenco. Viggo Mortensen muestra un trabajo tan sólido como el que supo perpetrar junto a David Cronemberg, y el joven Kodi Smith-McPhee se lleva los laureles como la revelación del film, intepretando al hijo sin nombre (dato no menor) que conforma la pareja. Charlize Theron, Guy Pearce y un irreconocible Robert Duvall completan un impecable reparto.

La carretera es un film inquietante, duro en su visión pero directo en su cometido. Más allá de ciertos sesgos ambientalistas y subrayados sentimentales, el film ofrece una experiencia muy particular para la butaca. Sostenido por una tensión que no decae ni por un minuto, este título tiene los elementos suficientes para ser tenido muy en cuenta, eso hoy no es poco.