Kombit (Hacer algo juntos)

Crítica de Rolando Gallego - El Espectador Avezado

“Kombit: Hacer algo juntos” (Argentina, 2015) es una película necesaria para comprender las nuevas maneras de hacer economía a partir del trabajo en equipo y el esfuerzo mancomunado para evitar seguir perdiendo terreno ante el imperialismo dominante.
La película documental de Anibal Garisto se mete de lleno con el kombit una particular manera de producir que, hasta el momento, permitió que cientos de miles de hatianos pudieran subsistir produciendo arroz en cantidades considerables y respetando la milenaria tradición de su cosecha y tratamiento.
Garisto elige la contemplación y la entrevista para contar la miseria en la que Haití se encuentra sumergida, y elige hilvanar los sucesos a partir de una narradora específica (Denise Dominique), una historiadora que dispara la primera pregunta del filme y también la impronta con la que toda la película contunuará.
“Si Haití fue el primero de los países en independizarse, ¿por qué hoy es el más pobre de América?” sondea Dominique, y las respuestas Garisto las busca en el testimonio de varios entrevistados, en el detalle de los paisajes que muestra, casi obras únicas plasmadas con pinceladas que la cámara sólo refleja, no interviene, a lo largo del metraje.
La dura herencia y la apertura hacia el capitalismo, con subvenciones que favorecieron, cuando no, a Estados Unidos, generaron una brecha cultural y económica que aún hoy en día es imposible superar.
Así aparece el kombit, como una vía de escape a la dominación y control del proceso productivo, y que a partir de la solidaridad con la que se maneja, además, permite la consolidación de los mismos campesinos, ahora empoderados, como factores de cambio de la zona que habitan.
La cámara recorre y muestra, desnuda procesos, se acerca a los trabajadores en sus rutinas y también en sus reuniones y demuestra que el proceso que habilitó la importación de arroz norteamericano, con menor nivel nutritivo, fue la peor decisión tomada en años por el gobierno.
Uno de los entrevistados recuerda el esfuerzo con el cual su madre logró enviarlo a a la universidad, y a partir de ahí él puedo hoy ser el organizador de la cooperativa que a través del kombit permite la manutención de miles de familias.
Otro reniega del país del norte y denuncia cómo la ONU permitió que Haití se convirtiera en el país con más casos de cólera de todo el mundo.
Ante la herencia dolorosa, que se refleja en cada habitante de un país que supo conocer la ostentación mientras era colonia, “Kombit: Hacer algo juntos” busca concientizar sobre una problemática recurrente en países del tercer mundo y que invisibiliza y esconde la crueldad con la que los mecanismos de producción arrasan con la gente y con sus expectativas y anhelos más profundos.
En un momento en el que se vive a diario la pérdida de trabajo y la crisis golpea a la puerta de miles de los habitantes de todo el mundo, “Kombit…” se para frente a la inercia para mostrar que otras vías de supervivencia son posibles y necesarias para cambiar el estado de las cosas. Potente muestra del más reciente cine documental.