Jumanji: En la Selva

Crítica de Martín Pérez - DiarioShow

El juego cambió y la comedia mejoró

La secuela del clásico protagonizado por Robin Williams trata sobre un grupo de adolescentes que es transportado a la selva. El film escapa a puntos esenciales del original pero se convierte en la primera gran comedia familiar del año.

Era casi imposible escapar al prejuicio. Una secuela inesperada para una película filmada hace más de 20 años, que se convirtió en clásico y que contaba con el gran Robin Williams como protagonista. En esta oportunidad, el elenco incluye a Dwayne “La Roca “Johnson, Jack Black, Nick Jonas y Kevin Hart, y desde el trailer veíamos que la acción se transportaba a la selva.

Así de arriesgado todo el panorama, “Jumanji: En la selva”, filme dirigido por Jake Kasdan -que tiene en su haber algunas comedias de mitad de tabla- escapa a puntos esenciales del filme original y al ponerse a “jugar” en el más amplio sentido de la palabra, resulta en la primera gran comedia familiar del año.

Spencer (Alex Wolff), Bethany (Madison Iseman), Fridge (Ser’Darius Blain) y Martha (Morgan Turner), son cuatro adolescentes que por diferentes motivos son castigados en una sala que deben limpiar en su escuela.

Este aire a “Club de los cinco” (1985) mantiene el filme a través de la consagración de una amistad, en principio impensada. Todo el conflicto comienza cuando encuentran una vieja consola de videojuegos y al empezar a jugar a “Jumanji”, son transportados a la selva, pero sus cuerpos son reemplazados por los avatares virtuales prediseñados. Spencer se transforma en Dr. Smolder Bravestone (Johnson), Bethany en el Profesor Shelly Oberonun (Black), Martha en Ruby Roundhouse (Karen Gillan), y Fridge en Franklin “Mouse” Finbar (Kevin Hart).

Antes de que puedan acostumbrarse a sus cuerpos, con habilidades y defectos como cualquier personaje de videojuego, deberán aprender a jugar y a ganar, si es que quieren salir de la selva con vida y volver al mundo real. “Jumanji: En la selva” no guarda respeto por el filme original, más allá de alguna referencia a Alan Parrish, y gracias a la cobertura del género ciencia ficción, tampoco se preocupa por explicar mucho los motivos por lo que sucede todo. En cambio, bien utiliza su metraje para establecer nuevas reglas, y divertir de comienzo a fin, con buenas dosis de acción. Es destacable la intención de no hacer una película más de La Roca, algo que sucede con todas las producciones que protagoniza, y el actor sirve tanto a la narración como a la comedia.