Joy: el nombre del éxito

Crítica de Valeria Massimino - Revista Meta

Joy Mangano (Jennifer Lawrence) es una humilde trabajadora de Long Island y madre de tres hijos, pero con muchas ideas… solo su abuela fue quién creyó en ella en esa disfuncional familia. Tener una idea es fácil, llevarla a cabo, complejo. Joy inventa un sistema para hacer más eficiente el trapeado del piso (el famoso lampazo), lo patenta, pero la estafan, y nada es justo (la vida no es justa)… Encima todo esto sucede en medio del furor de las ventas telefónicas, en la década del 80. El momento ideal para comprar y comprar sin moverse de casa (Llame YA!)

Recuerda al film “Holy Man” (1988), con Jeff goldblum y Eddie murphy (que no envejece), que trata sobre ese mundo y la manera de cómo se debe vender.

Podemos decir que luego de 30 minutos “empieza” la película, todo lo que muestran antes, cansa , más allá de que sea para ponernos en contexto de la vida de Joy. Porque todo el film se trata sobre ella, Joy, esta joven muchacha que consigue fundar una dinastía de negocios y se convierte en la matriarca familiar, más allá de la figura de Rudy (Robert De Niro), que no siempre la apoya y contiene.

Más tarde aparece el ejecutivo del canal de las ventas telefónicas (Bradley Cooper), con un personaje al cual no le sacaron el jugo, una real pena, podrían haber marcado más características de ese personaje tan interesante, sin que Joy quede opacada.

Por supuesto que el film trata de dejar un mensaje: todo puede ser posible y todo requiere de mucho esfuerzo, y también a veces no todo es justo.