John Wick 2: Un nuevo día para matar

Crítica de Iván Pisani - Función Agotada

Una Siesta de Dos Horas

A veces a uno se le recomiendan películas de manera encarecida, con la esperanza de la otra persona de que a uno le guste tanto como a él o ella. Uno con las expectativas altas después de recibir comentarios positivos sobre la obra acude al cine más cercano (o a la plataforma donde esté disponible), para degustar lo que está seguro será una buena experiencia. Muchas veces las recomendaciones resultan fructíferas, aunque rara vez un film tiene el mismo impacto en uno como en la persona que nos la recomendó. Lo que me pasó con John Wick fue el caso totalmente opuesto. La película no sólo me pareció vacía de contenido, sino que me resultó aburrida en cuanto a su forma, insulsa en cuanto a su impacto e innecesariamente repetitiva y llena de clichés.

Y hoy me veo aquí, viendo en el cine la secuela de una película que no me gustó del todo, que me pareció aburrida y somnífera, pero con esperanzas de que su segunda parte mejore. Y la verdad estaba muy equivocado al tener esperanzas.

Muchos opinan que el punto fuerte de John Wick, así como de su secuela (película que hoy nos compete) pasa por su acción, sus coreografías de pelea, y su estética. Pero quiero retrucar esta afirmación al decir que en primer lugar las coreografías de la primera son increíblemente repetitivas y recurren todo el tiempo a los mismos movimientos, excepto en las secuencias con disparos que son un poco mejores y más creativas. Por suerte en John Wick 2: Un Nuevo Día para Matar, por momentos, se le da giros interesantes a las locaciones donde se lucha.

En segundo lugar, su estética es un cascaron vacío para un film que no está diciendo absolutamente nada, no tiene ninguna posición sobre el mundo y no hace comentarios interesantes.

En John Wick 2 se intenta plantear una historia más profunda y se falla rotundamente.
En John Wick 2 se intenta plantear una historia más profunda y se falla rotundamente. El problema en la saga John Wick, entonces, es que cuando no se dice nada, es aburrido y cuando se dice algo, es absurdo.

John Wick 2: Un Nuevo Día para Matar no es una buena película ni de cerca, quizás la primera parte fuera un poco más zafable, pero en esta secuela terminan de enterrar lo que para mí es una de las peores sagas de acción modernas. Y esto lo afirmo en proporción a las veces que cabeceé de sueño en la sala.