Jobs

Crítica de Fabricio Esperanza - Día a Día

Un retrato impreciso

El material que hay disponible sobre Steve Jobs, su vida y su obra, sumado a todo lo que esté relacionado con Apple, es probable que impreso en papel supere el espacio físico de varias bibliotecas. Con todo esto dando vueltas, el dulce problema que surge cuando se plantea hacer una película biográfica es qué partes resaltar del personaje que se aborda.

En Jobs (un acierto en el escueto y directo título) da la impresión que el director Joshua Michael Stern no supo encontrar un camino coherente y duda dónde hacer definitivamente pie. De todas maneras, esta sensación que se genera no puede achacársele del todo al realizador: Steve Jobs no era para nada un tipo simple, y el mundo en el que se movía se volvía más complejo al mismo tiempo en que las computadoras eran cada vez más rápidas.

Lo que el filme no alcanza a mostrar del todo es el fondo, esa complejidad. Pero si lo que el espectador quiere ver es un paneo en la vida de una persona que se convirtió en el gurú de la estética digital, puede que salga satisfecho.

Jobs ofrece aquellos comienzos de garaje y locura, cuando lo que sobraba eran ideas y lo que escaseaban eran los dólares para financiarlas. También presenta los dimes y diretes que se dan cuando la empresa incipiente se transforma en un gigante que cotiza en bolsa, y mete algunos puñados de la psicología del personaje.

Queda bien claro el planteo de que se trató de un visionario y un genio en computación, y aunque se utilizan demasiados minutos en la parte humana, la cinta patina cuando se trata de mostrar que el tipo no servía demasiado para las cuestiones familiares y el trato con las amistades.

Cuestión de casting. Probablemente, Ashton Kutcher debe ser una de las estrellas jóvenes del universo hollywoodense más vilipendiadas por sus actuaciones. Se lo ha liquidado de tal manera en la mayoría de las películas que protagonizó, que cuando se erige en protagonista de una nueva producción ya surge el prejuicio.

La pregunta inevitable ante esto es si los encargados del casting no encontraron otro actor para interpretar a quien para muchos es poco menos que un mito. No está mal la performance de Kutcher, y su rostro tiene rasgos parecidos a los de Jobs, por lo que sale relativamente airoso. Claro que se cuidaron de rodearlo de secundarios eficientes, entre los que sobresalen los ya veteranos Matthew Modine y Dermot Mulroney.

Es inevitable comparar esta biopic con Red Social, donde se retratan los días universitarios de Mark Zuckerberg y las situaciones que derivaron en la creación de Facebook. Esta última tuvo la ventaja de contar con un guion bien pulido y la mano firme de un director con sobrado talento como David Fincher. Habrá que ver la palabra final de los seguidores de Steve Jobs y de la marca Apple. El público más exigente estará compuesto por ellos.