Jersey Boys: Persiguiendo la música

Crítica de Santiago Balestra - Alta Peli

Clint Eastwood y un musical sobresaliente.

Terminó la función y me encontré emocionado hablando de la película con una señora de edad que tenia al lado. El buen cine une, lectores, no hay otra manera de decirlo. Clint Eastwood lo logra otra vez, y a continuación les digo por qué.

¿Cómo está en el papel?

Adaptación de un taquillero musical de Broadway, Jersey Boys cuenta la historia del ascenso y caída del grupo Frankie Valli and the Four Seasons. La película desarrolla como estos muchachos, a lo largo de casi cuatro décadas, pasaron de ser delincuentes juveniles a ser toda una sensación musical. Todo esto entretejido obviamente con las peleas, dilemas personales (matrimoniales, vicios, etc.) y cruces de ego que son esperables en películas con el mundo de la música como universo.

La película está claramente dividida en cuatro partes, en donde en cada segmento cada uno de los cantantes le habla a la cámara, haciendo participe al espectador de la historia a medida que se desarrolla (cabe aclarar que el guion corre por cuenta de Marshall Brickman, co-guionista de Annie Hall).

La historia de cómo la banda se conformó y consiguió el éxito es una búsqueda constante de sonidos, alineándose de a poco, uno al lado del otro, como un Cánon de música clásica. Las mejores escenas de la película son sin lugar a dudas, aquellas en donde cómo nacen algunas de las canciones más legendarias del grupo como Walk Like a Man, Big Girls Don’t Cry y Sherry por decir algunas.

Obviamente, hay espacio más que suficiente para algunos toques de comedia que caben perfectos y no desentonan para nada con el resto del drama que propone la película.

Pero Jersey Boys tiene dos temáticas bastante claras. El no olvidar jamás donde viene uno y los lazos de familia que solo pueden existir entre los amigos del barrio. Así como una lealtad y camaradería que transcienden el peso de cualquier fama y de cualquier contrato. Como aclara el Frankie Valli de la película “No importa cuán famosos fuéramos, siempre fuimos esos chicos que buscaban un sonido debajo de un farol callejero. Nuestro sonido”

¿Cómo está en la pantalla?

La película tiene una fotografía, montaje y diseño de producción que se caen de maduros, pero el apartado que se lleva las palmas es definitivamente el diseño de sonido. A ver, las canciones no se grabaron dobladas; Clint Eastwood se volvió adscrito a la escuela de Tom Hooper, y al igual que en Les Miserables, las canciones se grabaron en vivo en el mismo rodaje. Esto se nota al ver como las voces se alinean de a poco y como estas juegan y se entremezclan con los sonidos ambiente, usándolos prácticamente como un instrumento más.

Por el costado actoral, Eastwood no buscó rostros sino voces, por lo que le favoreció sobremanera a nivel actoral y sonoro, que tresjersey_boys (1) de los cuatro actores hayan estado en la musical original en el que se basa la película. Párrafo aparte merece Christopher Walken y su impecable interpretación como el capo de la mafia que es una suerte de padre para los muchachos.

Aunque es más una película con —y sobre la— música que un musical, quédense a los títulos para un numero verdaderamente perteneciente a dicho genero, hecho a todo trapo con todo el reparto.

Conclusión

Jersey Boys es una de esas películas que se quedan en tu cabeza mucho tiempo después de que la viste. Salís del cine corriendo a buscar la banda de sonido, porque no podes evitar encontrarte a vos mismo tarareando los temas que se escuchan en la peli. Si hay una película que vale la pena cada peso de la entrada es esta. Con mucho ritmo y un pulso narrativo que a esta altura del partido ya no se cuestiona, solo nos queda hacernos una pregunta ¿Qué más le queda por hacer a Clint Eastwood?