Horizonte profundo

Crítica de Laura Petroff - El Lado G

Pocas veces el cine catástrofe está basado en hechos reales. Acostumbrados a accidentes y calamidades espectaculares, no será tan fácil de vender una película en la que los sucesos son apenas posibles. El Día Después de Mañana (2004), 2012 (2009), Battle Los Angeles (2011) y Lo Imposible (2013), son ejemplos de películas de este género que, apoyadas en historias fantásticas, dominaron la taquilla y son recordadas hasta el día de hoy. Este año se estrenó la película noruega Bølgen (La Ola), que muestra un evento que no por ser posible es menos dramático. Parece que con el tiempo se comenzó a apostar por lo más cercano a la realidad. El accidente petrolero de Deepwater Horizon no sólo es una historia que sucedió sino un hecho muy reciente.

Deepwater Horizon era una gran estructura flotante que se utilizaba para sacar gas del fondo del océano en distintos pozos. Luego de que en 2010 se ignoraran muchas medidas de seguridad en pos de ahorrar dinero, un tremendo accidente puso en peligro la vida de casi 150 trabajadores. El film sigue la experiencia de Mike Williams (Mark Wahlberg) y Jimmy Harrell (Kurt Russell), dos operarios en la planta flotante. Las malas decisiones económicas de Donald Vidrine (John Malkovich) y su codiciosa empresa son la causa de la catástrofe.

El film está basado en una extensiva investigación del periodista David Barstow, publicada en el New York Times en el año 2010. A cargo de la adaptación está el guionista Matthew Carnahan (The Kingdom, 2007) y en la silla del director se sienta Peter Berg, con un par de películas bien recibidas bajo el brazo: Hancock (2008) y Lone Survivor (2013). En esta última colaboró con Wahlberg, que repite el protagónico en este film. Dos actorazos consagrados lo acompañan: Kurt Russell y John Malkovich. Las carreras de Gina Rodríguez y Dylan O’Brien, que interpretan a dos operarios de la planta, no son tan extensas como las de los otros actores, sin embargo hicieron un gran trabajo (y probaron que no son solamente caras bonitas).

Una de las sensaciones más explotadas en este tipo de películas es la desesperación. El hecho de que Deepwater Horizon sea una plataforma en el medio del océano juega perfectamente con este sentimiento, pero la vida de los sobrevivientes no dejó de tener momentos así. Con una multa de 4 billones de dólares, los dos responsables del desastre lograron evitar una severa sentencia. Algunos esperan que esta película reavive el fuego, tan fuerte en 2010, y se logre dar a los culpables el castigo que merecen.