Horizonte profundo

Crítica de Ayelén Turzi - La cuarta pared

El género de cine catástrofe responde básicamente a la siguiente fórmula: "Hay un quilombo con la naturaleza que amenaza la humanidad (o una ciudad, o un conglomerado de gente) y los protagonistas, como no pueden evitarlo, salvan a la mayor cantidad de gente posible, en medio de explosiones, derrumbes y michaelbaycismos". Lo que les da el diferencial es la historia humana detrás: la tía en la montaña que van a buscar en Twister o la hija que rescata The Rock en San Andreas (bueno, no tanto, pero Daddario ♥). En este contexto, lo primero que te preguntás sobre Horizonte Profundo es: ¿de verdad una película sobre un pozo petrolero que explota? ¿Y con Mark Wahlberg (aka "Bizarro Matt Damon") como protagonista? Mmmmmmmmh...

La película arranca con un breve testimonio en off de Mike Williams (Wahlberg): el testimonio es extraído del juicio oral por la catástrofe porque, claro, la película está basada en hechos reales. Y de ahí, pasamos a su última mañana en casa previo a partir hacia la plataforma a cumplir sus funciones de Jefe de Mantenimiento. Obviamente, Mike es un padre y un marido ejemplar, del cual su familia está orgullosa y, además, promete a su hija que a su regreso le traerá algún fósil de dinosaurio. Entonces pasamos a una breve presentación de Andrea (Gina Rodriguez), encargada de algo, quien también tiene un auto que no arranca y un novio que la súper-re-quiere. Sin caer en clichés ni diabetes innecesaria, nos muestran a dos de los principales personajes de la película como personas queribles, que tienen planes a futuro, que tienen cosas que hacer a su regreso de la plataforma. Después veremos si alcanza o no para que empaticemos con ellos...

Luego de presentar al resto de la troupe que se sumará al viaje, entre ellos el inepto y agrandado responsable de la empresa petrolera BP (John Malkovich), el infalible jefe de seguridad (Ethan Hawke), y varios personajes menores más, emprenden un corto viaje en helicóptero hasta la plataforma, y al llegar empiezan las fisuras y los indicios de que se va a pudrir todo, contados en largas escenas llenas de tecnicismos donde todos los fundamentos sobre lo inseguro de la operación son minimizados y respondidos con intenciones de proseguir por parte de los empresarios.

Resulta que los ejecutivos de BP, como tienen la perforación atrasada varios días, se saltean varios procedimientos y pruebas de seguridad que garantizan que la tarea sea exitosa (previo a esto, en la secuencia familiar de Williams, hay una explicación muy linda y didáctica de cómo funciona un pozo petrolero, para que quienes no tienen idea del tema se actualicen al respecto... y para reforzar, claro, porque el espectador es tonti). Insisten en perforar sin las medidas necesarias y, por más que Jimmy (Kurt Russell) y Mark les adviertan y les adviertan sobre los riesgos, los que tienen el poder (y la ambición) deciden seguir adelante.

Globalmente el desarrollo de la acción sobre la plataforma podría dividirse en dos grandes secuencias: Antes y Después del desastre. Ambas logran mantener la tensión apelando a una suerte de cuenta regresiva desde el guión: en la primera asistimos a todos los esfuerzos hechos para que la perforadora no estalle; mientras que en la segunda presenciamos la evacuación de la plataforma en llamas, antes de la destrucción definitiva. Si bien la dirección de la acción y la puesta en escena, fuertemente apoyada en la musicalización y el montaje, hacen un gran esfuerzo para tirar para el mismo lado, el espectador no termina de involucrarse al 100%.

Esto puede ser porque la empatía con los personajes no sea suficiente o porque, al menos en el caso de Williams, ya sabés por su relato inicial en off que se va a salvar. Lo cierto es que no se profundiza mucho en ninguno de los personajes (por más que al final, ya demasiado tarde pongan placas recordatorias a las víctimas reales), entonces no te importa tanto qué riesgos corran, por más que el caos desatado sea incontrolable. Y el hecho que al final de la película incluya escenas del jucio real y fotos de las victimas (once, en total) tampoco nos mueve ni un pelo.

VEREDICTO: 5.00 - ¡A LOS BOTES!

Horizonte Profundo no aporta absolutamente nada nuevo; ni a nivel visual, ni a nivel guión, ni siquiera como digno homenaje a las víctimas reales de la tragedia. Con la cantidad de tecnicismos incluidos, se asemeja más a un documental sobre la extracción de petróleo que a una cinta de cine catástrofe. Ni vale la pena verla en salas, esperen al VHS. Ah, ¿no hay más VHS? Bueh, qué pene enorme.