Horas contadas

Crítica de Jessica Johanna - Visión del cine

Craig Gillespie vuelve a reunirse con Disney en Horas contadas, tras Million Dollar Man para contar otra historia verídica: la del rescate a un barco pesquero que queda varado en medio del océano tras una fuerte tormenta que lo parte al medio.
Bernie Webber, interpretado por Chris Pine, es un buen muchacho, bastante introvertido y que se atiene a toda regla. Un día conoce a Miriam, a través de una voz en el teléfono, y empujado por uno de sus hermanos, salen y rápidamente comienzan una relación. Miriam es todo lo decidida que él no, y no teme incluso pedirle casamiento. Pero la vida que él lleva la asusta a la hora de dar este paso, pues trabaja en la Guardia Costera en una zona que al menos una vez al año, recibe fuertes temporales que ponen a los navegantes en peligro, pudiendo llevarlos a la muerte.

Por otro lado, Casey Affleck interpreta a Ray Sybert, uno de los tripulantes de un barco pesquero que es azotado en medio del océano por una fuerte tormenta que lo deja partido al medio. Ray es también introvertido, callado, pero todo indica que pasó mucho tiempo dentro de ese barco y lo conoce mejor que nadie, pero su voz tardará en imponerse entre el resto de los tripulantes para intentar sobrevivir unas horas más hasta que la guardia costera los rescate.

Así están delineados los personajes de Horas contadas, de manera unidimensional, incluso en sus personajes secundarios, dejando a actores como Eric Bana o John Magano desaprovechadísimos. Por otro lado, se nota demasiado la mano de Disney detrás, edulcorando no sólo las escenas románticas, y suavizando las más terribles, aquellas en la que la tormenta hace estragos que podría dejar llenos de heridos, y no vemos prácticamente un hilo de sangre.
Webber de repente tiene que tomar decisiones, tomar el mando. Y Miriam se queda esperando, conociendo de a poco cómo es la vida de la esposa de un miembro de la Guardia Costera.

La música de Carter Burwell, recientemente nominado al Oscar por Carol, acá funciona de manera totalmente opuesta a la película de Todd Haynes. Mientras en Carol todo es sutil, acá es invasiva y empalagosa en los momentos más románticos, ya desde los primeros minutos de Horas contadas en que se retrata el comienzo de la relación de Bernie y Miriam.

A la larga, todo se sucede del modo más esperado y sin emoción, más allá del hincapié que se quiere hacer para lograrlo, lo que probablemente hace que todo se sienta más superficial. La historia es interesante de ser contada pero aunque tiene algunos buenos efectos, Horas contadas termina pareciéndose demasiado a un telefilm.