Hermanos de sangre

Crítica de Lysa Form - Cine & Medios

Tu amigo fiel

Matías es un obeso reprimido, un perdedor de quien todos se abusan; hasta que un día, de la nada, aparece un sujeto más sospechoso que misterioso, decidido a ayudarlo. Nicolás es su nombre y está decidido a vengar a Matías por todo lo que ha sufrido.
La idea del alter ego ocupa el centro de la trama. Dos seres completamente distintos que conforme avanza la historia se van fundiendo el uno con el otro, como bien lo explicita el director en un plano de la secuencia final.
El filme ofrece un variado menú de asesinatos, mutilaciones, medidas dosis de humor y un elenco desparejo en cuanto a actuaciones, entre las que se destacan Sergio Boris como Nicolás y Carlos Perciavalle, este aportando todo su oficio a un personaje de breve participación, y que va perfecto con el tono del filme. De yapa, Luis Aranosky -como en "Diablo"- aporta su desparpajo y humor con un rol que casi califica como cameo.
Daniel de la Vega apuesta a una buena dirección artística, planos desestructurados y buen ritmo en general, aunque con algunas referencias al cine clase B - imágenes de "Godzilla" o un opa con máscara de luchador mexicano-, que a esta altura ya son un lugar común bastardeado por demás.
Hay que estar dispuesto a evitar la búsqueda del verosímil, ya que los "por qué" no tienen sentido en este tipo de propuestas pensadas para la diversión morbosa, sin más.