Hermanitos del fin del mundo

Crítica de Andrés B. Pohrebny - El rincón del cinéfilo

Cuando llegan las vacaciones de invierno, también llegan los estrenos de teatro y cine dedicados a los estudiantes que querrán aprovechar el tiempo libre para divertirse y pasarla bien.

La cartelera de cine en este invierno 2011 cuenta con “Hermanitos del fin del mundo”, una producción nacional filmada en su totalidad en Ushuaia, la ciudad más austral del mundo.

Está protagonizada por Diego Topa y Muni Seligman, y los acompañan en los principales roles secundarios Norma Pons, Mimí Ardou, Fabio Aste y Elizabeth Killian.

La dirección es de Julio Midú, quien hace diez años escribió la historia y posteriormente elaboró el guión con Fabio Junco.

Los guionistas

Julio Midú y Fabio Junco son los creadores del movimiento cinematográfico de la Argentina conocido como “Cine con vecinos”, además organizan el Festival de Cine de Saladillo, en la ciudad del mismo nombre de la provincia de Buenos Aires.

Midú y Junco llevan realizados tres largometrajes independientes en los que trabajaron conjuntamente como guionistas y directores.

“Hermanitos del fin del mundo” es el largometraje con el que se lanzan al cine comercial, apoyados por Argentina Sono Film y Disney Company.

La sinopsis

La película narra lo que sucede en un hogar para niños huérfanos ubicado en Ushuaia. Allí trabajan Pato, como profesor de música, y Pirucha, quien más que tarea de educadora cumple rol de “hermana mayor” de los niños a los que se protegen en ese hogar.

Pato sueña con ser un cantante famoso, pero reconoce que su timidez le impedirá presentarse ante un público expectante.

Pirucha es emprendedora y enérgica, quien junto al “profe” sostienen en el hogar un estado de felicidad y alegría permanente, bajo la supervisión de la directora del establecimiento, la colaboración de la maestra de inglés y la ayuda de un jardinero un poco impertinente.

Pero la felicidad es amenazada repentinamente por la decisión de los propietarios del edificio de ponerlo en venta.

Pirucha y Pato proponen que entre todos reúnan el dinero para comprar ellos el edificio, pero la cantidad está fuera de su alcance. Deciden entonces proponer recurrir a la colaboración al conjunto musical “La pandilla de Sol” para que realice un recital a beneficio, idea que es aceptada, cuya recaudación, junto a la cantidad reunida y a la ayuda que les brinda un empresario parece solucionar el problema.

Pero sólo parece que llega la solución, porque al problema se suma la intención de Malva Dalton, una extravagante dama millonaria, de ser ella quien compre el edificio, para cuando sea la propietaria cerrar el hogar para huérfanos de forma definitiva.

Allí comienzan la acción, las corridas y las situaciones cómicas para tratar de que Malva no se salga con la suya.

Crítica a “Hermanitos del fin del mundo”

El planteamiento inicial del guión, los conflictos y el carácter impreso a algunos personajes recuerdan mucho a las historias de programas de televisión con target “teen” que se han visto en los últimos quince años, sobre todo en las producciones de Cris Morena Group.

Es una fórmula argumental que ha dado muy buenos resultados de rating, que ha sido éxito de taquilla en versiones teatrales estrenadas para vacaciones de invierno, y ha conformado un formato televisivo que se ha vendido a muchos países.

El bosquejo argumental de hogar de huérfanos, maestra buena (y bella), directora que mucho no dirige, y un personaje malo con personalidad “teatral”, ha llegado al cine en el género de comedia.

Tiene mucha música pop alegre y pegadiza, pero no llega a ser una comedia musical porque sus cuadros musicales son buenos pero están fragmentados.

Es de destacar las habilidades y acrobacias de algunos integrantes de esos cuadros, aunque pareciera que no se trata de bailarines profesionales.

Los personajes no son complicados en su composición. Diego Topa (Pato) lleva muchos años en la televisión y el teatro con historias destinadas a los “teen”, e incluso a niños más pequeños, y es un ídolo del género donde se afianzó por su carismática imagen de “muchacho buenote”. En esta realización se nota su seguridad actoral y vuelve a demostrar que canta muy bien.

Muni Seligman (Pirucha) también incursionó televisivamente con historias parecidas lo que, al igual que Topa, hace que le transmita seguridad a su personaje.

Norma Pons se destaca en su rol de Malva Dalton, un personaje al que el espectador puede llegar a perdonarle sus “maldades”.

Elizabeth Killian (directora) y Mimí Ardou (profesora de inglés) componen sus personajes con la mesura necesaria. Fabio Aste (el jardinero) logró no desbordarse con el suyo, que quizá sea el más malo.

Muchas situaciones tienen el desarrollo de las escenas en locaciones al aire libre, lo que permite al espectador admirar los hermosos paisajes con los cerros y el mar que rodean a Ushuaia.

Los espectadores desde los cinco años podrán disfrutar de esta realización, y los que están en el segmento “teen” pueden llegar a identificarse con algunos personajes, tal como le sucede a Pato, el protagonista, con “La Pandilla de Sol”, el grupo musical que él admira. (Carlos Herrera).