Hércules

Crítica de Rolando Gallego - El Espectador Avezado

Respetando la clásica leyenda mitológica, Brent Ratner construye una adaptación para las nuevas generaciones de "Hércules"(USA, 2014), pero aprovechando al máximo la tecnología 3D para dotar a las escenas de acción de verosímil y realismo.
Cuando hace un par de años la trasposición de "300" de Frank Miller trajo del nuevo al péplum, ese genero tan revisitado y que en "Spartacus" encuentra la obra culmine que mixtura la pura acción con una reflexión sincera sobre el trabajo en equipo y la lealtad.
Hércules, en esta oportunidad interpretado por The Rock, es reflejado como un victorioso guerrero, casi un Dios, y que luego de cumplir sus tareas ve como su sueño de poder dedicarse a su familia (bella mujer y tres hijos pequeños) es truncado cuando es acusado en Atenas del asesinato de la misma.
Ratner aprovecha este punto, y pese a las limitaciones actorales de The Rock, potencia la historia de la confusión sobre ese hecho con imágenes surrealistas que al menos reflejan con dignidad algunos seres de fantasía de libros históricos.
Traicionado en varias oportunidades, pero principalmente por su propia mente, casi a ciegas, Hércules aceptara todas las tareas que se le encomienden, pero sin olvidar su deseo mas profundo, el de poder develar la verdad sobre las pesadillas que lo acosan y que continúan generando rumores en las tropas que dirige.
En la superficie "Hércules" es un filme de aventuras mitológicas, pero analizando mas allá de este punto, se presenta como una reflexión sobre la condición humana y las posibilidades de poder superar obstáculos que el propio sujeto se coloca.
Su fuerza, su deidad, su capacidad de superación solo pueden compararse con sus ganas de volver a ser aquel hombre a quien alguien esperaba en su hogar.
"Hércules" es un filme de género, con todos los lugares comunes de este tipo de filmes, e intenta superar sus propias limitaciones con la incorporación del 3D para atraer a nuevos públicos a la ya conocida historia.
Hay sangre, golpes, escudos y armaduras, también bellas recreaciones de los escenarios naturales en los que la historia del gladiador aconteció. Pero no mucho más que eso.
“Hércules” se queda a medio camino entre la parodia y sólo se puede recuperar en aquellos pasajes en los que actores de la talla de John Hurt, Joseph Fiennes o Peter Mullan, ponen lo que hace falta para así poder superar un discurso que no sorprende y que terminará siendo recordado por su artificio exacerbado mas que por sus virtudes.