La amante

Crítica de Jessica Johanna - El Espectador Avezado

Esta película de Túnez (en coproducción con Francia y Bélgica) gira en torno no a la infidelidad, al menos no como tópico principal tal cual uno podría esperar por el título con el que se estrena, sino sobre un joven veinteañero que comienza a preguntarse qué quiere de su vida al mismo tiempo que otras personas le arman un futuro trazado. Hedi está a punto de casarse con una joven mujer a la que apenas conoce.
Es bella y amable pero apenas han compartido unos pocos momentos. Fue su madre la que organizó todo, el matrimonio y el casamiento que se va suceder en pocos días. Mientras tanto, él sigue trabajando en la parte de ventas de Peugeot teniendo que viajar bastante por trabajo.
Así, Hedi acepta su destino sin chistar, sin decir nada. Por parte de una madre autoritaria y un jefe abusivo que ni siquiera le cede las vacaciones para su luna de miel en fecha. Así vive él, en modo automático, en realidad existiendo en lugar de viviendo.
En uno de esos viajes laborales, en una ciudad turística junto a la playa, conoce a una mujer que lleva un estilo de vida totalmente opuesto al suyo. Una bailarina que se gana la vida bailando para turistas y que está dispuesta a moverse a donde el viento la lleve. Sin un plan definido, prefiriendo vivir antes que simplemente existir. Y así es que sin proponérselo lo conquista a Hedi, quien empieza un amorío con ella a escondidas y encuentra o inventa razones para volver a ese hotel y dejar de atender las llamadas de su jefe.
Como adelantaba, la infidelidad no es el tema principal del film. El problema no parece ser nunca que Hedi esté engañando a su futura mujer, sino que todo ese tiempo parece haberse engañado a sí mismo. Es esa infidelidad simplemente el modo en que encuentra Hedi para comenzar a hacerse preguntas.
Qué quiero hacer de mi vida. Por qué tengo que trabajar de algo que no me gusta. Por qué tengo que relegar lo que me gusta, dibujar, a un hobby o una mera fantasía irrealizable. Así, de a poco ese Hedi que simplemente aceptaba lo que otros le imponían, sin quejarse ni emitir opinión, comienza a vivir, a elegir moverse, a cuestionarse.
La cuestión es que ningún extremo es bueno, y la libertad con la que ella se mueve por la vida también lo asusta. ¿Hasta qué punto está dispuesto a arriesgarlo todo? ¿Por amor? ¿Por ser fiel a sí mismo? ¿Se puede vivir sin ningún tipo de plan? ¿O ese estilo de vida tiene una fecha de caducidad?
La trama de esta ópera prima de Mohamed Ben Attia podría sonar trillada y poco original, pero hay que tener en cuenta que el protagonista se mueve dentro de una sociedad regida por otras reglas y convenciones. Así una historia minimalista, pequeña, cobra magnitud. La revolución (esa Primavera Árabe a la que hacen alusión en algún momento) reflejada en un personaje.
Sin muchos artilugios, apostando al realismo al mejor estilo de los hermanos Dardenne (que no por nada la producen), La amante es una película que deja expuesto que la vida puede estar llena de caminos pero es uno quien opta por dónde quiere y puede ir.
Y eso que le pasa a Hedi es algo tan universal que más allá de presentar una sociedad que nos resulta ajena y algo añeja de repente es probable que nos encontremos ahí haciéndonos preguntas similares.