Hasta que el cuerpo aguante

Crítica de Carlos Manuel Horazzi - Citricón

Hasta que el cuerpo aguante, o Rough Night (Dura Noche) como su titulo original lo indica, nos cuenta la historia de Jess (Scarlett Johansson) una candidata a Senadora Estatal, que para celebrar su despedida de soltera, se reencuentra con amigas de toda la vida y va a pasar un fin de semana a Miami.

Si la historia les parece conocida, es porque se ha hecho muchas veces. Muchísimas. Casi siempre con hombres pero también, se hizo con Bridesmaids (2011) y ojala hubiera quedado ahí.

En el afán de no ser otra película así, los guionistas y productores decidieron mezclar otras dos. Como si fuera una receta de cocina, los imagino escribiendo la receta:

Tomamos una parte de Malos Pensamientos (1998), le agregamos la misma cantidad de Bridesmaids y Que Paso Ayer?, y antes de terminar espolvoreamos con Weekend at Berney’s (1989).

Y ese no es el mayor problema de la cinta. Extrañamente, el gran problema que tiene es Scarlett Johansson. Claramente la película fue ideada por el equipo de Broad City, el programa de televisión que a esta altura es de culto y que actualmente ha sido renovado por Comedy Central en Estados Unidos.

Lucia Aniello (directora, guionista y productora), Ilana Glazer (Frankie, una de las co protagonistas) y Paul W. Downs (guionista, co protagonista) trabajaron juntos en la serie. Y uno se puede imaginar lo que paso.

De alguna manera conocieron o llegaron a Scarlett Johansson, y la convencieron de participar en la película. Eso logra que la productora de el dinero, pero solamente si ella participa. En esta instancia, básicamente cualquier equipo hace lo que puede.

Porque claramente la única parte que no es divertida en la cinta, es la protagonista. Todas las actrices mujeres no solamente son excelentes comediantes, sino que tienen química, conectan entre ellas y elevan las actuaciones de las demás.

Scarlett básicamente parece una persona que no es graciosa, tratando de ser graciosa, sin lograrlo y como si fuera poco, sin un ápice de conexión con sus compañeras. En una especia de parodia de Hilary Clinton, la supuesta fachada de seriedad queda como inexpresividad.

Ni Kate McKinnon haciendo de una Australiana de espíritu libre puede salvar el desastre que es la película anclada en la básicamente, apática Johansson.

En resumidas cuentas, antes de ver esta película, consigan ver Malos Pensamientos, Bridesmaids, Que paso Ayer, American Pie 3, Despedida de Soltero o Amores, Enredos y Una Boda.