Hannah Arendt

Crítica de Carolina Taffoni - La Capital

El mundo de las ideas

Ante todo habría que aclarar que “Hannah Arendt” no es una biopic de la famosa filósofa alemana. La nueva película de Margarethe von Trotta (“Las hermanas alemanas”, “Rosa Luxemburgo”) se detiene en un momento clave de su biografía: los tres años (de 1961 a 1964) durante los cuales Arendt cubrió el juicio del Estado de Israel contra el criminal de guerra nazi Adolf Eichmann, y luego escribió una serie de artículos para la revista The New Yorker que despertaron una agria polémica. Arendt fue acusada de justificar la conducta de Eichmann y, al mismo tiempo, de atacar a los líderes de su propia comunidad, la comunidad judía. Von Trotta analiza todo ese proceso con una mirada rigurosa: desde el juicio propiamente dicho en Jerusalén hasta el rechazo —incluyendo a sus seres más queridos— que sufrió la filósofa después de sus publicaciones. También entran en juego los recuerdos de la protagonista de su paso por un campo de concentración y algunos flashbacks sobre su conflictiva relación amorosa con Martin Heidegger. De esta manera, y contando con la actuación brillante de su actriz-fetiche, Barbara Sukowa, la directora conforma un retrato minucioso de una intelectual compleja que se arriesgó a perder su estatus por defender ideas que cuestionaban el pensamiento inflexible. En este último punto, Von Trotta se expuso a un gran desafío: hacer una película sobre un universo abstracto, el mundo de las ideas, una apuesta alta que también tiene sus costos. Es cierto que la película no simplifica, pero por momentos se torna demasiado esquemática y rígida.