Han Solo: una historia de Star Wars

Crítica de Matías Lértora - Cines Argentinos

Han Solo, una historia de Star Wars, es la película de la Saga que menos me ha gustado. (Si, contando las precuelas).
Pero no porque sea mala, porque dista mucho de serlo, sino por su falta de impacto y resolución.
Es entretenida y la pasás muy bien. Pero no tocó mi corazón “starwariano” a pesar del tremendo fan service que se ofrece.
Uno de los reparos de muchas personas cuando se anunció este film era: ¿Es necesario?
Porque si bien amamos con locura a Han Solo, realmente queremos saber y ver cuándo y cómo conoce a Chewie, o cómo gana el Milenium Falcon.
El personaje siempre tuvo cierto halo de misterio encantador y muchas veces se pierde magia explicando algunas cosas.
Ahora bien, sin entrar a analizar el despido de los directores originales de esta película (Phil Lord y Christopher Miller), hay que dejar en claro que Ron Howard hizo un laburo impresionante en tiempo record.
Conceptual y narrativamente el film está hecho como un western, y eso de disfruta mucho.
Cada personaje cumple bien su rol y hay un par de giros que sorprenden bastante. Algo para destacar mucho ya que nos encontramos ante un film en el cual sabemos el destino de sus tres personajes principales.
Y aun así, aun sabiendo que ni Han, ni Chewie, ni Lando, van a morir en esta entrega, nos preocupamos por ellos igual.
Asimismo, conocemos una parte de la Galaxia que aún no habíamos explorado en el cine, y hay un momento afloja-mandíbulas en el climax.
Los efectos son sensacionales (no podían ser de otra manera) y quiero destacar mucho la banda de sonido a cargo de John Powell, con reminiscencias espectaculares del maestro John Williams.
En cuanto lo actoral: ¿Puede otro interprete calzarse los zapatos de Harrison Ford y quedar bien parado?
La verdad es que Alden Ehrenreich se adueña del papel sin imitaciones. Pero es imposible no comparar y es injusto hacerlo porque sale perdiendo.
El que tiene un magnetismo tremendo es Donald Glover y su Lando Calrissian. Te quedas con ganas de más.
Por su parte, Woody Harrelson está genial como siempre, pero la que se lleva todos los aplausos es Emilia Clarke. Todo lo que hace esta chica brilla y su carisma es innegable.
Por ello, pese a un elenco formidable, una dirección excepcional, y una producción a la altura, la película carece de cierta magia.
Por ponerlo en un termino bien nerd: no sentí la presencia de La Fuerza en ningún momento, y eso en una película de Star Wars es terrible. Le falta impacto, no tiene mística.