Gravedad

Crítica de Cristian Cárdenas - Cinematiko

En el vacío del espacio no hay oxígeno, no se trasmite el sonido y podemos congelarnos en cuestión de segundos. En resumen, es un ambiente hostil e impiadoso que, a pesar de la majestuosidad del paisaje que ofrece, no está destinado para que el ser humano pueda sobrevivir. Aquí el director Alfonso Cuarón explota al máximo nuestros peores miedos en cuanto a la vida en el espacio y todo lo que puede salir mal, saldrá mal, poniéndonos los nervios de punta. El film nos deja inmersos en un thriller de supervivencia con un realismo muy respetuoso de cómo funciona la física en dicho ambiente, además de contar con una factura técnica impecable, que dará que hablar por un largo tiempo. Así es Gravedad, una de las películas más importantes del año.

La misión de la Dra. Ryan Stone (Sandra Bullock) y Matt Kowalsky (George Clooney) parece simple: instalar un nuevo equipamiento para mejorar el telescopio Hubble. Stone es una astronauta novata con solo algunos meses de entrenamiento, mientras que Kowalsky es un veterano experimentado que se siente cómodo con lo que hace (de hecho nunca perderá la calma incluso ante la más extrema de las situaciones). Pero la tranquilidad de la misión se verá alterada cuando los restos de un satélite ruso, que viajan a gran velocidad, pongan en grave riesgo la vida del personaje de Bullock dejándola a la deriva en la enormidad del espacio.

Con respecto a la construcción del relato, es increíble como Cuarón logra una historia tan atrapante con solo dos personajes en pantalla (más alguna intervención circunstancial del gran Ed Harris, quien es la voz de “Houston”). La película arranca con un plano secuencia (una toma sin cortes) de cerca de 20 minutos donde el director se apoya sobre tres únicos pilares: la gran actuación de sus intérpretes, el brillante manejo de cámaras y la música incidental de Steven Price que brinda un clima y una tensión inigualables. Eso es todo lo que le hace falta a Cuarón para quitarnos el aliento y ponernos expectantes durante el resto del film. Solo 20 minutos.

Gravedad tiene la incomparable cualidad de lograr ponernos literalmente en el traje de Bullock: nos falta el aire cuando a ella le falta el aire y sufrimos (o intentamos esquivar) cada resto de satélite que se acerca. Es que la película, en parte gracias al 3D, logra meternos en la piel del personaje y sumergirnos en su sufrimiento, en su lucha por sobrevivir cueste lo que cueste. Por supuesto, nada de esto hubiera podido sostenerse sin la tremenda interpretación de Sandra Bullock, sobre cuyos hombros descansa gran parte de lo que sucede en la historia. Durante gran parte del film, su personaje intenta aferrarse a lo que sea y está permanentemente al borde la muerte, pero Bullock le agrega a esa desesperación lógica otros componentes que evitan que se convierta en algo unidimensional.

Otro factor importantísimo que hace al film lo que es recae en el aspecto técnico: ya mencionamos el gran manejo de cámaras pero sería muy injusto no mencionar el soberbio trabajo del Director de fotografía Emmanuel Lubezki, que ya había trabajado con el director en “Niños del hombre” y a quien ya habíamos disfrutado en otra película técnicamente perfecta como “El árbol de la vida”. La Tierra nunca se vio tan espléndida y eso es gracias a él. Otra clave para sumergirnos y sentirnos parte del film es el 3D, que en algunas películas bien podría no estar y no hacer ninguna diferencia, pero aquí sí tiene razón de ser y ayuda a meternos mucho más en la historia.

Gravedad no solo es épica y majestosa en su factura, sino que conjuga a la perfección el drama humano más profundo con un espectáculo imponente donde tampoco falta la acción. Es así que todo adjetivo, por más grandilocuente, queda chico… Al igual que una simple persona flotando en la vastedad del espacio.