Frantz

Crítica de Julián Brennan - Cinergia

Acerca de la ausencia

Se pueden decir muchas cosas del cine francés: que es aburrido, que solo le gusta a ciertas personas o que es solo para cinéfilos bien exquisitos. Pero hay algo que no se puede negar, y es su calidad.
Frantz de Francois Ozon, es un film francés del 2016 que cuenta la historia de Anna, una viuda de la Primera Guerra Mundial que todos los días deja flores en la tumba de su marido Frantz, y Adrien, un misterioso hombre francés que un día es descubierto por Anna dejando un ramo en la tumba de Frantz.
A partir de ahí se desarrolla una historia de misterio y amor con ciertos tintes eróticos y una fotografía de gran eficacia, donde en los momentos de tristeza del presente la ausencia de color es evidente, pero cuando el pasado es recordado el color vuelve al mundo, algo que por lo menos yo, no he visto en el cine.
Algo que me gustó de Frantz, más allá de las performances de Paula Beer y Pierre Niney, es el contraste idiomático que logran al compartir un guion hablándolo en un francés sumamente dulce cuando los protagonistas hablan entre ellos, y en alemán cuando la interacción pasa por otros personajes.

Eso sí, queres ir a verla, ármate de paciencia porque puede ser un poco lenta, pero absolutamente disfrutable.