Te estaba buscando La comedia de Nico Casavecchia es una coproducción argentino estadounidense sobre el encuentro entre un joven y neurótico artista norteamericano y una bella muchacha argentina. Una película liviana, sí, pero muy disfrutable. Alex Taylor (Sam Huntington) es un artista audiovisual newyorkino, creador de una patética animación de tomates que se viralizó en la web; signo de nuestros tiempos en los que una inventiva “ingeniosa” recorre el mundo en el transcurso de muy poco tiempo. Sofía (Andrea Carballo) es una teórica del arte, que dio con el invento de Alex y posteriormente inició una serie de encuentros vía chat. En medio de una fiesta, Alex compra (sin demasiada conciencia) un pasaje hacia Buenos Aires, en donde irremediablemente termina. Su deseo, claro, es conocer a Sofía, de quien parece estar “enamorado”. Pero una vez aquí, el que lo pasa a buscar es su novio (Rafael Spregelburd, en un papel que le cae como anillo al dedo), un artista plástico ególatra, soberbio, y… peronista. Lo secunda su asistente, una joven que soporta su conducta obsesiva y poco amable, porque –se hará evidente- está enamorada. La película de Casavecchia (por lógica argumental, hablada tanto en castellano como en inglés) es “pequeña” en términos de producción, pero cada uno de sus rubros está muy cuidado. Por la geografía en la que transcurre (el delta), “empatiza” con Vóley, con la que también comparte el apunte ingenioso y cierta mirada generacional, sólo que en este caso lo hace alrededor del mundo del arte. En Finding Sofia hay mucho humor verbal, pero lo gestual también está en primer plano. Cada personaje está muy bien corporizado (desde el vamos, el casting es efectivo), y hay zonas de la película que hasta se conectan con el cine de Woody Allen. Obligado inicialmente a hacerse pasar por un “primo lejano” de Sofía, Alex será recibido con cierta reticencia, pero poco a poco su rol en la casa tendrá mayor peso. La forma en la que lo mira su anfitriona -quien al comienzo se desentiende un poco de ese muchacho con quien mantuvo un vínculo virtual- pasará de la distancia hasta un acercamiento más profundo, que la llevará a replantearse varios aspectos de su vida. Más allá de algunas decisiones “posmodernas” (el empleo de animaciones y pequeñas reflexiones de Alex sobre lo que le toca vivir), la película no ofrece nada demasiado nuevo, pero se posiciona como una comedia cool, hipster, un poco “de nicho”, pero plenamente disfrutable y muy bien actuada. El público adecuado, más que satisfecho.
Poner en un recipiente algunas cosas de Voley, de Martín Piroyansky, otro poco de El amor (primera parte), algo más de cualquier comedia indie americana, agitar bien, y tenemos Finding Sofia: coproducción entre Argentina y los Estados Unidos dirigida por el argentino Nico Casavecchia y protagonizada por el norteamericano Sam Huntington (Jimmy Olsen en Superman vuelve) y los argentinos Andrea Carballo, Rafael Spregelburd y Sofía Brihet. Alex (Huntington) es un norteamericano que quiere pegarla en internet, metió algún que otro viral famoso y está a punto de conseguir su primer contrato con una marca. Hace tiempo se chatea con Sofía (Carballo), una chica argentina con la que sextean y se mandan nudes (curiosamente la película carece de todo ese léxico de red social, y de hecho los dos se comunican por sms) y una noche, borracho, compra un pasaje para ir a la Argentina. Cuando la chica se entera, le dice que está loco, que no lo puede ver. Luego de algunos engaños, logra llegar a su casa: resulta que ella vive en el Tigre junto a su novio Víctor (Spregelburd), un pintor cascarrabia, presuntuoso y peronista, y Flor (Brihet), una joven inocente y simpática, asistente de él. Las seducciones cruzadas y la diferencia cultural serán el motor de esta comedia de situaciones que cuando funciona es muy simpática pero que por momentos parece medio forzada y que no sabe bien para dónde quiere ir. Lo mejor de todo es el duelo de masculinidades entre Alex y Víctor, entre esa especie de joven Woody Allen -aunque más atractivo- y el típico macho argentino. Cuando los cuatro personajes interactúan, algo bueno pasa: están creados con mucha precisión e interpretados con solvencia. No funciona de la misma manera la línea romántica, a punto tal de que lo que más queremos es que Sofía se saque de encima al insoportable de Víctor; lo que suceda con Alex es secundario. Como pasa con esas películas que tienen unas pocas escenas que nos hicieron sonreir cómplices, dan ganas de perdonarle a Finding Sofia sus falencias, aunque también son esas mismas falencias las que nos causan la amargura de saber que nos perdimos una película que pudo haber sido notable.
Nico Casavecchia estrena su opera prima, Finding Sofia, con Rafael Spregelburd, Sam Huntington y Andrea Carballo, que participó de la Competencia Argentina del Bafici en 2016. Alex (Huntington) es un director de animación que vive en Brooklyn. Decide comprar un pasaje a Argentina persiguiendo la ilusión de conocer a una chica, a quien aún no ha visto en persona, con la que inició una relación online luego de que ella le dejara una crítica destructiva en uno de sus videos. Pero lo que esperaba no es lo que encuentra al llegar a Buenos Aires y juntarse con Sofia. Casavecchia es argentino, radicado en Estados Unidos, y con Finding Sofia nos trae a un norteamericano que viene a buscar el amor y la inspiración en Buenos Aires y construye una comedia que, por forma y contenido, uno no encontraría normalmente en la producción nacional. Alex no habla una sola palabra de español y cuando llega todo sale mal: Sofia no responde y cuando lo hace termina pasando una semana en la casa que ella tiene en el Tigre con su novio Víctor (artista plástico snob y déspota) y la asistente de éste, Flor. Drogas, cruces amorosos, un poco de crítica social y política. Planos secuencia, cámara en mano y una estética muy cuidada todo dentro de una pequeña comedia romántica.