Extraordinario

Crítica de Matías Lértora - Cines Argentinos

Recuerdo que cuando vi el trailer de Extraordinario me dije a mí mismo: “como vas a llorar”. No me equivoque.
Pero afortunadamente no fue llanto proveniente de congoja como resultado de un golpe bajo, sino de emoción.
Es una historia que es imposible que no te pegue y que atrapa al espectador en un instante.
Basada en el best seller homónimo de Raquel Palacio, la película nos cuenta cómo vive Auggie, un niño con deformidad facial, su ingreso al colegio por primera vez en su vida.
La crueldad con la que lo tratan algunos, y la bondad de otros, generan secuencias muy lindas.
Asimismo, el film es un fuerte alegato contra el bullying escolar y una radiografía sobre cómo funcionan algunas familias con este tema.
El director Stephen Chbosky, quien hace unos años nos regaló la maravillosa Las ventajas de ser invisible (2012) se pone al mando de un gran elenco y saca lo mejor.
Primero y principal hay que destacar al pequeño genio de la actuación llamado Jacob Tremblay. Lo conocimos hace poco con Room (2015) y es una de las grandes promesas de Hollywood. Lo que hace aquí es magnífico en todo sentido.
La actriz Izabela Vidovic, quien interpreta a su hermana, también hace un laburo inmenso y nada fácil. Muchas secuencias claves dependen de ella.
Y el resto de los chicos también están geniales. Cada uno con su lugar y su momento.
La pareja protagónica compuesta por Julia Roberts y Owen Wilson, legitiman el gran cast y pedigree actoral.
El guión es ingenioso pesé a algunos clichés. Y si bien por momentos los diálogos pueden sonar un tanto cursis y/o exagerados, quedan muy bien dentro del contexto del film.
No busquemos composiciones de planos complicados o llamativos, no hay eso en esta película, aquí importa la fuerza de sus personajes y el director lo supo desde el principio.
Extraordinario es de esas películas que te conmueven, de las que te hacen llorar pero sin sentirte mal. Es una de esas películas valiosas.