Extraordinario

Crítica de Beatriz Iacoviello - El rincón del cinéfilo

Realización dominada por una poética exquisita

“Extraordianrio” (“Wonder” título en inglés) realizada por Stephen Chbosky sigue las desventuras de un niño de 11 años que, por primera vez, ingresa a un colegio secundario y debe compartir el aula con otros jóvenes que poseen códigos propios. Estos estaban integrados, y su socialización fue gradual. En el caso de Auggie Pullman, además de ser nuevo en esa cofradía, la deformación de su cara no le permite establecer otro vínculo que no sea el escarnio.

Desde su nacimiento tuvo que soportar 27 operaciones, ya que padecía los efectos desfigurantes del síndrome de Treacher Collins, (un trastorno craneofacial) Su madre, para evitarle humillaciones, formalizó su educación primaria en la casa, por lo tanto la relación con otros niños fue nula.

Su mirada sobre la realidad fue a través de una escafandra de astronauta, y su fantasía de ser un héroe de la saga “Star Wars”. Su padre, Nate (Owen Wilson), y su madre, Isabel (Julia Roberts), quieren que se defienda por sí mismo y sea parte de esa comunidad. Auggie también, aunque los niños que conoce en la Escuela Preparatoria Beecher hacen que no sea fácil. Al final de su primer día allí, ya ha sido apodado (como de uno de sus personajes favoritos de "La Guerra de las Galaxias"), y al llegar a su casa se corta, con rabia, la trenza de cola de rata, su única demostración de estar a la moda. Al renunciar a ese pedacito de cabello acepta la presión y el poder destructivo del grupo. Los compañeros lo tratan como un bicho raro, por esa crueldad propia de la edad y para demostrar que son dueños de un territorio de pertenencia que un extraño invadió.

“Extraordinario” se ve y se siente como una historia real, pero no lo es, en realidad es la novela ganadora del Premio Mark Twain de R. J. Palacio (Raquel Jaramillo Palacio, una escritora estadounidense, hija de colombianos). Es la autora de varias novelas juveniles, entre ellas “La lección de August” (o "Wonder"), ésta última fue de hecho inspirada por una canción pop de 1995 de Natalie Merchant, también titulada "Wonder". La canción de Merchant dice: "Sepa que este niño estará dotado / Con amor, con paciencia y con fe", sentimientos ricamente explotados en la película.

Esta realización trata el problema “del otro”, del diferente, de aquel que se siente solo, por ser motivo de burla y humillación, invisible para todos los que lo rodean, excluido de la sociedad, un alien que se automargina para no sufrir. En ese sentido “Extraordinario”, mantiene la línea de “El hombre elefante” (David Lynch 1980), que reveló a Johmn Merrick, como una figura delicada y fascinante, bajo un cuerpo deformado. También Peter Bogdanovich lo hizo en "Mask" (1985), sobre un adolescente con una cara de desencajada extrañeza. Pero también mantiene cierta correspondencia con el estilo de Jonathan Demme, (“El mensajero del miedo”, 2004, “El silencio de los corderos” , 1991, y “Philadelphia” 1993).

Este es el tercer largometraje dirigido por Stephen Chbosky, el novelista que comenzó su carrera como cineasta en 1995 con "The four corners of nowhere".(“Las cuatro esquinas de ninguna parte”, 1995) y continúo con "The perks of being a Wwllflower" (“Las ventajas de ser tímido”. 2012), adaptación de su primera novela, "Perks" un drama que incluyó, con asombrosa autenticidad, los placeres y los peligros de la vida adolescente.

“Extraordinario” toma y desarrolla el punto de vista de los personajes principales; Auggie (Jacob Tremblay, “Roon” 2015), Via (Izabela Vidovic), Jack Will (Noah Jupe), Miranda (Danielle Rose Russell), deja que el drama fluya de anécdota a anécdota, son pequeñas subtramas organizadas de tal modo que cada una de ellas arroje un rayo de luz nueva sobre la vida de Auggie. Si bien todo el filme gira en torno a él y es la historia central, las otras historias confluyen para que Auggie pueda ser visualizado en todo su dolor.

En ese sentido la producción recuerda a Jean Renoir “Las reglas del juego” (“La règle du jeu”, 1939) en el que todos tenían sus propias razones para su comportamiento, pero a su vez va más allá al explorar la fragilidad de la amistad y la familia, y la importancia en el carácter de cada individuo

Auggie es un fanático de la ciencia que adora "Star Wars" y Minecraft, helados y juegos deportivos X-Box; él se alimenta de las fantasía como todos los chicos de ir al espacio exterior (le gusta caminar con un casco de astronauta que lo oculta y alimenta sus sueños) Su rostro, que parece juvenil y viejo al mismo tiempo, es discordante la primera vez que se lo ve, pero cuanto se asimila su inocente mirada y sonrisa, se comprueba que más allá de su aspecto físico brilla su alma.

Los primeros 30 minutos son sencillos, en los que Auggie se introduce en la vida pública a través de una serie de figuras predecibles: el director de buen corazón de su nueva escuela (Mandy Patinkin , “La reina de España”, 2016, “Homeland” TV), el maestro de ciencias (Daveed Diggs, más conocido en TV), que irradia calidez y conoce las formas correctas para ayudarlo a sentirse bien; la maravillosa Sonia Braga, en breve cameo, como la abuela muerta, que todo lo sabe,. Entre los compañeros aparece el niño rico y matón (Bryce Gheisar), el de clase media y becado (Noah Jupe) que enfrenta la presión social de ser el primer amigo real de Auggie. Fundamentalmente estos personajes se bosquejan con la integridad suficiente para convencer de que cada una de estas primeras escenas podría haber sido escritas sólo para ellos.

De hecho, la mayor fortaleza de la película es que Auggie se convierte en un medio para un fin. Y su camino de iniciación no es sólo un apoyo para su crecimiento personal, sino que como héroe absurdo logrará lo que nadie hubiera soñado: el gran premio de la Escuela Preparatoria Beecher. En cierto punto "Extraordinario" cambia abruptamente de perspectiva, reduciendo a Auggie a un papel secundario dentro de su propia historia para obligar al espectador a ver la realidad a través de sus ojos.

Se trata de una realización con una poética exquisita que lleva a recordar el poema de E. Merrill Root (1895 - 1973) "Necesitamos un renacimiento de la maravilla. Necesitamos renovar, en nuestros corazones y en nuestras almas, el sueño inmortal, la poesía eterna, el sentido perenne de que la vida es un milagro y una magia".