Everest

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Basada en la increíble historia real que rodea el intento de llegar a la cima de la montaña más alta del planeta, el monte “Everest” (8848 metros sobre el nivel del mar, en el continente asiático), se dedica a mostrar, con muy buenas herramientas técnicas, el viaje incitante de dos expediciones diferentes, de dos compañías distintas, desafiadas más allá de sus límites e involucrando a la naturaleza, que esta historia parece haber dejado el habito de ser madre.

En plena descenso del Everest, la subida y la llegada a la cima, fue increíble, cuando las dos expediciones se encuentran con graves problemas debido a una tormenta de proporciones insospechadas que incluso pondrá en peligro sus vidas. Los escaladores se enfrentarán a obstáculos casi imposibles, y la obsesión de toda una vida se convertirá en una lucha por la supervivencia.

Dirigida por Baltasar Kormákur, nacido en Islandia, responsable entre otras producciones de “Dos armas letales” (2013) “Contraband” (2012), se coloca en el lugar del director técnico, el que responde de maravilla a los deseos de la producción construyendo un relato grandilocuente desde las imágenes.

Casi se podría decir que la producción de ésta película llega en el momento adecuado reconstruyendo una historia real ocurrida hace casi veinte años, pero lo hace con la idea, dentro del subgénero del cine catástrofe, tomando al cine como espectáculo, si se busca realismo en éste caso se verá decepcionado.

Encontrará, si, un sinfín de emociones dadas por la factura de las imágenes, casi como que la transmisión de las vivencias de ese grupo de personas se le traslada al espectador, en gran parte por el bien aprovechado recurso del 3D.

Sin embargo es tanto lo que se inclinan a fomentar las bondades del filme desde lo técnico que parece se han olvidado del relato, ya que en sí mismo pierde dramatismo y los conflictos no son del todo bien planteados y/o desarrollados.

En este rubro el conflicto humano que planteaba “Limite vertical” (2000), la relación entre ambas realizaciones es directa, y si las comparaciones son odiosas, le daba a la citada otra posibilidad como construcción y desarrollo que la que nos ocupa no tiene.

Al margen de un par de detalles descuidados, como que parecen demostrar que nunca leyeron “Moby Dick” de Herman Melville que comienza con la frase del narrador “llamadme Ismael”, pues hay situaciones en “Everest” que no tienen verosimilitud en el cierre de las mismas.

Ni siquiera lo puede lograr con el desfile de grandes interpretes, no tan taquilleros como deberían, empezando por el protagonista, el australiano Jason Clarke, el John Connor de “Terminador: Genesis” (2015, aquí en la piel de Rob Hall, muy bien acompañado por Emily Watson, Josh Brolin, John Hawkes, Keira Knightley, Robin Wright, y Jake Gyllenhaal, toda una selección de grandes actores que se lucen, pero quedan relegados por los efectos especiales y la belleza del paisaje.

Lo dicho, muy buen montaje, de excelente factura técnica, muy buen diseño de sonido, incluyendo la banda sonora, pero deficiente en cuanto a la presentación, construcción, desarrollo de los personajes, sus conflictos particulares y los generales del grupo.