Este es el fin

Crítica de Martín Torres - Fuera de campo

Esta suerte de dream team cómico de nerds se enfrenta el apocalipsis autoparodiando la misma capacidad interpretativa de quienes protagonizan el film. La película comienza con Seth Rogen yendo a buscar al aeropuerto a su amigo Jay Baruchel (todos se interpretan a sí mismos) donde un admirador se acerca a acosarlo y le dice algo así como "Hey! Seth, ¿cuándo dejarás de hacer el mismo papel de siempre?". Definitivamente la respuesta no es "en esta película, amigo".

El fin del mundo está próximo aunque estos actores no lo sepan ni lo quieran admitir y su argumento de "somos actores y Dios no dejará de lado a la mejor clase de personas que hace reír a tanta gente" lejos de ser gracioso, preocupa. En todo momento el humor que caracteriza a la factoría Apatow dice presente, pero esta vez pareciera que muchos de los chistes son de esos que funcionan en un grupo de amigos reducidos pero al ser trasladados a otro ámbito no causan el mismo efecto.

En medio de toda esta mezcla estrafalaria de humor, ciencia ficción y famosos poseídos, existe un atisbo de dilema moral sobre la importancia de la amistad entre este grupo de sujetos que intenta salvarse a costa de los demás para finalmente advertir que la solución es ser buenos y llegar al cielo. Es como si se realizara una interpretación muy chata, literal y aniñada de cualquier texto evangélico y se lo tomara al pie de la letra. Algo que probablemente hasta los no tan religiosos podrían encontrar ofensivo. Claro, si acaso se les ocurre ver esta película.

Aun así, siendo justos, la sucesión de escenas ridículas con extremos de conducta cuestionables hasta en esta clave de humor, por tanto abuso y absurdo logra, de vez en cuando, provocar alguna sonrisa ocasional en el público.