Eso que llaman amor

Crítica de Jessica Johanna - El Espectador Avezado

La guionista y directora Victoria Miranda se pone tras las cámaras de tres historias de ¿amor? que se van cruzando entre sí, con ciertos paralelismos. Financiada gracias a la plataforma de crowfunding Idea.me, “Eso que llaman amor” es una película pequeña, rodada sólo en 20 días, que no pretende retratar qué es el amor (tarea difícil si me preguntan) sino que se enfoca en relaciones en que sus propios protagonistas gritan las palabras “amor” pero sin parecer saber realmente de qué están hablando. Es por eso que más que retratos de historias de amor, parece ser la obsesión el tema principal.
Miranda pone como protagonistas de cada una de estas tres historias a tres mujeres, de vidas y ambientes diferentes, pero que terminan dependiendo demasiado de una pareja, de un hombre, que en general no las valoran y no se portan bien con ellas, pero esa obsesión a la que hacía referencia previamente no las deja avanzar sin ellos.
Las tres mujeres son personajes rotos, frágiles, que al no estar bien con ellas mismas no logran nunca formar una relación estable y caen en esas relaciones más bien enfermizas.
La directora presenta a cada personaje por un lado y luego va y viene en el tiempo para ir conectándolos. En general estas conexiones están bien, no se sienten forzadas, y las historias, a la larga muy parecidas, en especial las dos primeras, al menos en las actitudes de ellas, terminan reforzando la idea.
El guión tiene algunas flojezas, como ciertas cosas muy subrayadas y obvias, pero en general presenta, sin necesidad de ninguna historia muy original (a la larga son historias que en el cine vimos muchas veces), un lindo abanico de personajes femeninos acompañada por una linda banda sonora original. El problema es que el género femenino termina pintado como un poco débil, sabemos que en el fondo todos queremos ser amados pero acá está todo tan subrayado que se le siente un poco la falta de dimensión especialmente a las dos primeras historias.
Chiquita, honesta y sin muchas pretensiones, un retrato sobre lo que la falta de amor y la necesidad imperiosa de amar y ser amados puede provocar en las personas.