Enredadas... pero felices

Crítica de Daniel Lighterman - Visión del cine

El mismo director de varias comedias románticos con elencos corales, como Día de san valentin o Noche de fin de año, llega con Enredadas.
Con un elenco multiestelar y un guion inexplicable llega Enredadas pero felices… La historia de varios personajes atravesando diferentes conflictos relacionados con la maternidad. Sandy, que debe lidiar con la nueva esposa de su ex, Jesse y Gabi que enfrentan a una madre prejuiciosa siendo una gay y la otra estando casada con un hindú y Kristin que tiene miedo al casamiento por haber sido abandonada de chiquita por su madre.

Julia Roberts, Kate Hudson, Sarah Chalke, Margo Martindale, Jennifer Aniston y más se juntan en Enredadas, que carece de lo más importante, un guión contundente. Las historias no tienen coherencia, los diálogos son torpes y carentes de sentido, y los chistes son, en el mejor de los casos poco efectivos.
Garry Marshall, quien supo emocionar con películas como Eternamente Amigas (1988) o Mujer Bonita (1990) parece haber perdido todo sentido de timing, y se limita a poner una detrás de la otra cada escena para llevar a término un grupo de historias totalmente desentrelazadas entre sí, y que no revisten la menor importancia. Casi como si quisiera emular el perfecto juego de Realmente amor (2003) pero sin poder generar química con el espectador.

La película se hace larga, muy larga, y es extremadamente previsible, lo cual impide bastante al espectador cualquier posible disfrute.

Sin historia, sin actuaciones sobresalientes, Enredadas (El día de la madre es su título original) no es una película que al público pueda llegar a interesar demasiado, aunque puede llegar a encontrar su nicho en algún que otro espectador ultrasensible.