En pedazos

Crítica de Jesica Berman - Fancinema

UN THRILLER QUE HACE FOCO EN LAS VÍCTIMAS

El cineasta alemán Fatih Akin es hijo de inmigrantes turcos y ha comentado en varias entrevistas las recurrentes veces que ha sufrido el racismo en carne propia. Por eso toma esta temática actual, basándose en un caso ficticio de un atentado con bomba de Clandestinidad Nacionalsocialista (CNS), y la ubica en el núcleo central de la trama de su nueva película.

Protagonizada por Diane Kruger (a quien vemos por primera vez actuando en su idioma nativo, el alemán), En pedazos se inspira en los asesinatos xenófobos que tuvieron lugar en Alemania por el grupo neonazi NSU entre los años 2000 y 2007, que durante bastante tiempo quedaron impunes debido a que la policía atribuyó los crímenes a venganzas por asuntos de droga o juego.

En su película más famosa Contra la pared (2004) y en Soul kitchen (2009), que si bien son distintas a este último film giran también en torno a inmigrantes en Alemania, Akin nuevamente vuelve a poner sobre la mesa de manera cruda los hechos de racismo en un momento donde la ultraderecha ha escalado posiciones en Alemania convirtiéndose en la tercera fuerza política del país. Aún así, En pedazos no es una película política, sino más bien una película personal en donde el director deja muy en claro su punto de vista, poniendo el foco en las víctimas de los atentados.

Estructurada en tres partes, la historia va transformándose de un drama familiar donde Katja, la protagonista, atraviesa el proceso de duelo en sus diferentes estados que se manifiestan emocional y físicamente, hasta el desenlace más cercano al thriller. En pedazos se convierte en un film extremo, que se involucra de lleno en mostrar el recorrido de búsqueda de justicia frente a los asesinatos xenófobos. Lo hace desde un punto de vista crítico (en el sentido más duro de la palabra) y de modo filosófico ahondando en el dolor y en la incertidumbre de qué pasaría si uno pierde lo que más ama de un momento a otro.