Proyecto Florida

Crítica de Mariana Mactas - TN - Todo Noticias

Orlando, tierra de Disneyworld. Pero también de moteles sobre la ruta, pintados de fucsia, en los que viven los protagonistas de este pequeño pero extraordinario film de Sean Baker -Tangerine, otra estupenda película sobre un grupo de travestis de Los Ángeles filmada con cámaras de iPhone-. Allí vive la pequeña Monee, una nena traviesa y bastante salvaje a pesar de sus seis años, a cargo de una madre muy joven que se cuida, y la cuida, como puede. Pintura de personajes, con otros inquilinos, vecinos de al lado, otros dos niños y una especie de gran contenedor de todas esas almas a la deriva que es el gerente del hotel, maravilloso en su contención, precisamente: Willem Dafoe.

El proyecto Florida mira el complicado mundo adulto desde esos chicos, a veces en peligro, a veces causantes de desastre, pequeños sobrevivientes que juegan sin juguetes. Lejos de cualquier miserabilismo, Baker encuentra, como en su film anterior, un tono entre comedia y drama, un registro entre realista y lírco, una imagen que descubre el surrealismo en un estacionamiento desangelado, un acercamiento casi documental para su ficción. Un cineasta a seguir muy de cerca, que parece no buscar grandes historias pero las encuentra, capaz de dirigir actores amateurs, consagrados y desconocidos, y transformarlos en prodigios expresivos, como estos inolvidables personajes.