El poder de la ambición

Crítica de Marcela Barbaro - Subjetiva

El poder de la ambición, de Stephen Gaghan
Por Marcela Barbaro

Si vendés tu sueño que queda después? se pregunta Kenny Wells (versátil e histriónico Matthew McConaughey) el gran protagonista de Gold, la nueva película del director y guionista Stephen Gaghan conocido entre otras por Syriana y Traffic (por la que ganó un Oscar al Mejor Guión Adaptado).

Basada en un caso real, El poder de la ambición, su título local, narra la historia de Kenny Wells, heredero de una compañía minera en Nevada, que perteneció a su abuelo y siguió su padre. La película comienza en los años ochenta donde el negocio prosperaba y el legado familiar pasaría a manos de Kenny. Siete años más tarde, la empresa se encuentra al borde la quiebra y el protagonista, con un deterioro físico importante, no consigue inversores. Su mujer Kay (Bryce Dallas Howard), una humilde sureña que lo acompaña en la salud y en la adversidad, no logra desviarlo de ese negocio. El tipo insiste y sueña con encontrar un yacimiento de oro en Indonesia. Se juega lo poco que tiene y viaja hasta Borneo donde se contacta con un geólogo que conoce, Michael Acosta (Edgar Ramírez, el actor venezolano de moda). Luego de convencerlo para sumarlo al proyecto, va en busca de los financistas. A partir de allí, la fiebre del oro y las especulaciones financieras de las corporaciones harán el resto.

Cercano al personaje de Fred Dobbs (inolvidable por Humphrey Bogart) en El tesoro de la Sierra madre de John Huston, quien va en busca de oro para salir de la miseria; Kenny Wells hará lo propio, pero de manera desmesurada. Toma y fuma en exceso, superará un cuadro de malaria que mataría a cualquier otro, es inquieto, verborrágico, desalineado y no hay obstáculo que lo haga retroceder frente a su objetivo. El alto costo que implicará posicionarse en la industria minera, nuevamente, será su horizonte.

Cuando McConaughey (ganador del Oscar por El club de los desahuciados) leyó por primera vez el guión del film, supo inmediatamente que tenía que aceptar el trabajo. “No se trata de un hombre que persigue de manera determinada el sueño americano. Se trata de un hombre que se busca la vida, que trampea, que engaña a la gente que lo rodea. Se trata de alguien que intenta sobrevivir cada día y lo consigue, consigue sus objetivos. Cuando leí su historia pensé que debía interpretar este papel, que sólo yo podía realmente hacerlo”, explicó el actor quien subió 23 kilos para transformarse físicamente.

Entre la aventura, el drama y el thriller, Gaghan sostiene un relato que maneja varios tonos a la vez y momentos muy disímiles que van desde un clima de euforia exitista hasta la ruina personal y la decadencia. Junto a los protagonistas, el elenco cuenta con importantes actores secundarios Stacy Keach, Bruce Greenwood, Bill Camp y Corey Stoll que matizan la permanencia del afeado McConaughey en casi todas las escenas.

Como el mito del ave fénix, en Gold se retoma la idea del “resurgir” una y otra vez a partir de mantener un idealismo casi romántico, a través del cual un hombre deja todo por un sueño (americano) que lo mantiene vivo y del cual no puede desprenderse. A partir de ésta historia verídica, que marcó un antes y después en la industria minera, la película también habla de la amistad, las traiciones, el amor, la perseverancia y la competencia despiadada del mundo empresarial en una sociedad capitalista. Todo eso acompañado de una buena banda sonora y un ingenioso desenlace.

EL PODER DE LA AMBICIÓN
Gold. Estados Unidos, 2016.
Director: Stephen Gaghan. Guión: Patrick Massett, John Zinman. Intérpretes: Matthew McConaughey, Edgar Ramirez, Bryce Dallas Howard, Corey Stoll, Toby Kebbell, Rachael Taylor, Bruce Greenwood, Stacy Keach, Bill Camp, Joshua Harto, Steve Larese, Catherine Haun, John Pirkis, Shad Adair, Jamie H. Jung. Música: Daniel Pemberton. Fotografía: Robert Elswit. Edición: Douglas Crise y Rick Grayson. Duración: 121 minutos.