El origen

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

El director de las sobrevaloradas “Memento” (2000) “The Prestige” (2006), como también responsable de “Batman. Caballero de la noche” (2008), la única donde su estilo narrativo no hacia agua por todos lados, vuelve al ruedo con un film bastante más ambicioso que las anteriores, ya desde el titulo original “Inceptión”, cuya traducción mas literal sería comienzo, pero que en realidad titularla “El Origen” no esta del todo mal. Pero que da cuenta de y hacia donde apunta, que promete cuando empieza y como decepciona al final.

Digamos que la idea de trabajar alrededor del tema de los sueños no es algo novedoso, ya en la Biblia aparece el sentido del sueño, José interpretando los sueños del Faraón, como ejemplo, y haciendo un salto temporal, cualitativo y cuantitativo, pasando por Calderon de la Barca, llegamos a Freud quien a principios del siglo XX escribe lo que seria una de sus más populares obras, “La interpretación de los Sueños”. Haciendo una síntesis bastante salvaje se podría decir que el padre del psicoanálisis decía que los sueños son una realización de deseos.

Del mismo modo Borges en la década del 40 publica el cuento “Las Ruinas Circulares” sobre un hombre que sueña con un hombre que esta soñando a un hombre perfecto. Este cuento fue interpretado varias veces como si fuese la pregunta por “el origen”, y así entramos en la producción que nos convoca.

El guionista y realizador toma este tema de los sueños para hacer algo, en cuanto a idea general, muy similar al taquillero film “Matrix” (1999) de los hermanos Wachowski y toda la secuela excesivamente valorada, y si en esa ocasión los hermanos tergiversaban o banalizaban al filosofo Platón en esta oportunidad Nolan toma el tema y lo hace desde un lugar diferente, pero obteniendo los mismos resultados que en “Matrix”.

Sobre qué elemento toma del sueño, y para qué. Ya estos no son una realización de deseos sino una fábrica de ideas al que se puede entrar y “plantar” una idea al sujeto soñante, para que cuando despierte considere que es una idea propia.

Leo DiCaprio es Dom Cobb, un especialista en espionaje industrial, quien ha descubierto la forma de penetrar en la mente de sus adversarios, mientras estos duermen, pero su jefe Kaito (Ken Watanabe) no quiere sólo eso, necesita que Dom y su equipo le introduzca a su adversario Robert Fisher (Cillian Murphi) ideas que lo favorecerían a él. Para esto Dom necesitará a todos sus ayudantes y más. Todo un equipo al servicio de…

Pero como de esta manera la trama sería demasiado lineal, al texto madre le van agregando historias paralelas. Dom necesita redimirse de y con su esposa Mal (Marion Cotillard), y se suma Ariadna (Ellen Paige) con sus deseos de ser reconocida por su inteligencia y no por su belleza, el ayudante primero de Dom, Arthur (Joseph Gordon-Levitt) quien trabaja en las sombras para ser el sucesor de su jefe, etc.

El filme comienza con una apuesta fuerte, pero a medida que se va desarrollando el texto se vuelve cada vez más confuso, entonces se recurre a la narración oral que por momentos justifican las imágenes, por otros las contradicen, como el hecho de acudir a escenas de violencia que transforman a la producción en una de acción de formula hollywodense, con imágenes espectaculares, tiroteos y persecuciones.

Por supuesto que la realización es muy buenoaa nivel de los rubros técnicos y de las actuaciones, a lo que se le podría sumar algunos guiños muy simpáticos en relación a las actrices Marion Cotillard y Ellen Paige. Después no se sustenta.

Lo dicho, se trata de un film de dos horas veintiocho minutos de duración, adrenalítico y pretencioso. Nada Más