El lobo de Wall Street

Crítica de M - Demasiado Cine!

‘El Lobo de Wall Street’: Merca cinéfila de la mejor

Ahora sí, este es el Scorsese que a mi me gusta! Mala leche, descontrolado, y sobre todo, apto para mayores de 18;). El Lobo de Wall Street no solo es un historia sobre los excesos de Jordan Belfort (la película está basada en su biografía), un corredor de bolsa que amasó una fortuna vendiendo acciones y realizando movimientos bursátiles de escasa legalidad mientras en el medio se la pasaba enfiestado con merca y minas a mas no poder. Wolfie (como le decimos los amigos) es un gigantesco exceso de absolutamente todos los involucrados en la producción, empezando por Martin Scorsese.

¿Y ustedes? ¿Cuantas manuelas se hacen por semana?
Con esta película el Martincho se baja los lompas, pela el sogan y dice “Muchachos, acá el que la tiene mas grande claramente soy yo” y se manda un relato épico de 3 horas de duración donde se da absolutamente todos los gustos, desde tomarse 10 minutos para que Di Caprio logre subir a un auto hasta hacer una analogía entre la droga y la espinaca de Popeye. Absolutamente toda la película tiene el sello del mejor Scorsese (bah, el que a mi más me gusta) con una mezcla de Aviador, Casino y Buenos Muchachos que es simplemente demoledora. La película está repleta de diálogos y pasajes memorables, en el medio de una historia que es ampliamente polémica, pero que no es el típico drama o policial como en los otros títulos que mencioné. Acá estamos ante una comedia con todas las letras, con momentos que llegaron a sacarme una carcajada, donde Scorsese demuestra que tiene un timing magnífico para ese género y donde, una vez mas, muestra que son todos pichis al lado de él.

La estructura de “Joven pobre y ambicioso logra subir hasta la cima para luego caer” la hemos visto infinitas veces (En su época Michael J. Fox debe haber hecho como 5 de esas) pero no recuerdo ninguna tan pasada de rosca como esta. Y no solo eso, sino que tenga el punto de vista que nos muestran acá, donde el que cuenta toda la historia es el propio Belfort. Y fiel a su personalidad (o a la de la película, digamos) no tienen ni un ápice de moralina o de aprendizaje sobre el bien o el mal o nada parecido. Él te cuenta lo grosso que era por como le sacaba miles de dólares a incautos que buscaban hacerse ricos de la noche a la mañana, y como gastaba eso en fiestas locas constantemente. Y lo bien que la pasaba y como la disfrutó y lo poco que se arrepiente de eso. Belfort te dice “Flaco, vos que laburás 8 horas por día sos un gil, la posta es esta”. Y se te caga de risa en la cara.

Y todo eso es posible gracias a Leonardo Di Caprio, otro de los que dan rienda suelta al exceso absoluto en una actuación devastadora. Ya sabemos todos que Scorsese es uno de los grandes directores de actores que quedan en Hollywood, un tipo que hace actuar bien hasta a las piedras. Pero acá vemos también lo que ocurre cuando se juntan un genio del calibre del tincho con alguien como Di Caprio frente a él. Y el resultado es un actor que deja la vida en cada escena. Me agotó a mi ver los huevos que pone el tipo en cada minuto de pantalla, sobre todo en los discursos con lo que “motiva” a sus vendedores. Ya mismo pongo este papel a la altura del de Travis Bickle interpretado por De Niro en Taxi Driver sin dudarlo un segundo. ¿Te gustó lo que hizo en Aviador o en los Infiltrados? Acá le da mil vueltas y se consagra más todavía de lo que ya estaba.

Pero no es el único, porque el resto del reparto también deja brotar un exceso de actuación impresionante, sobre todo Jonah Hill. Es increíble la diferencia que hace un papel en la vida de un actor. Si bien ya venía sumando puntos después de Moneyball, acá ya se consagra directamente. Tranquilamente puede no hacer más el papel de gordito salame medio fumón en el que quedó encasillado desde Superbad y ponerse a encarnar otro tipo de papeles. Tiene escenas donde se la banca frente a Di Caprio incluso, al igual que el resto del cast principal. Todos brillan, ninguno desentona. Es la magia de Scorsese.

Como dijo Barzini cuando nos pusimos a hablar de esta película, ya se postula para una de las mejores del año. Quienes sean oyentes del podcast sabrán que prácticamente el 99% de las películas me parecen largas y que a todas les sacaría algo. Bueno, tranquilamente puedo sumar El Lobo de Wall Street al pequeño panteón de películas largas que, para mi, se la bancan de principio a fin sin sobrarle ni un segundo (en ese lugar tengo títulos como Ben-Hur y Lo que el viento se llevó, por si les sirve de comparación). Puede ser que cuando te quieras levantar de la butaca en el cine tengas un toque dormidas las piernas y te duela alguna nalga, pero ni a palos te vas a arrepentir de haber visto esta película. Una nueva genialidad con la que Scorsese siguen dando cátedra y afianza su lugar en el panteón de los grandes directores de toda la historia.