El laberinto

Crítica de Martín Morales - MM Críticas

VOLVER A EMPEZAR

Intenso relato sobre las inoportunas vueltas de la vida y sus posteriores consecuencias, que se destaca, no solo por el lado actoral, presentando a un elenco muy sólido y convincente en cada uno de sus personajes, sino por la fuerza, tranquilidad y realismo que el director le otorgó al desarrollo de la historia y esa bella manera, acentuándose en la iluminación, de mostrar la prosperidad del matrimonio en la cruel situación por la que están pasando.

Becca y Howie son un matrimonio que debe encontrar la manera de volver a equilibrarse luego de la desgarradora y sorpresiva muerte de su pequeño hijo. Para hacerlo comenzarán a ir a terapia de grupo y a tratar, pese a los inconvenientes, de mantenerse unidos y superar la situación.

La historia se introduce sin contar el hecho trágico de la película Uno poco a poco se va enterando de lo sucedido en el pasado y va comprendiendo las decisiones y reacciones de los personajes, al mismo tiempo que se descubren relaciones, miedos y fortalezas de cada uno de ellos. Esta decisión está muy bien llevada en escena, ya que desde el comienzo potencian el trabajo actoral, lo hacen mucho más creíble y a la vez más elaborado al tratar de comprender los sentimientos de los protagonistas con solo expresiones y movimientos, lo que aporta un dramatismo que se destaca en todo momento y mantiene con suspenso el conflicto argumental de la cinta.

Esta es una historia sobre el sufrimiento, sobre un matrimonio que no sabe qué hacer con sus vidas luego del terrible acontecimiento que les sucedió, sobre las decisiones fallidas y correctas que juntos van a ir tomando, y principalmente, sobre las emociones y sentimientos posteriores a dicho momento. Es allí donde aparece el trabajo del director y del guionista, quienes lograron adaptar y llevar adelante, de manera respetuosa y con un realismo que se destaca en cada una de las escenas, una historia difícil de ver por momentos, muy bien lograda, profunda y muy fuerte. Se exploran con detallismo y hasta explicitud las reacciones de la protagonista, se crea una visual que en todo momento va mimetizando los ánimos de los personajes (atención a las luces del final) y se dejan en claro, desde la primer escena, las intenciones del director al retratar y profundizar los sentimientos de los roles principales.

La cámara va adoptando con lucidez y dinamismo el preciso movimiento de los personajes, destacando, con tomas generales y algunos primeros planos a los rostros, la transmisión al espectador de las emociones de los protagonistas. La música acompaña suavemente el desarrollo de la historia y en un preciso momento, cobra un protagonismo muy efectivo, convirtiendo a dicha escena en una de las mejores logradas de la cinta (desencuentros cerca del final).

El trabajo actoral es excelente. Nicole Kidman desarrolla un personaje que desde la primer escena uno trata de comprender y de sentir lo que ella está sintiendo. El mejor logro de la actriz al interpretar a Becca es la espontaneidad en cada una de las reacciones y esa maravillosamente lograda identidad que desde el principio desarrolla y que poco a poco la va personificando, cada vez que hay una reunión familiar o con amigos su personaje dice o hace algo que altera al resto. Su sufrimiento, su dolor al ver al chico con quien se pone a charlar en el parque por las tardes y esas intuitivas reacciones que tiene con las personas, están perfectamente interpretadas por Kidman. Aaron Eckhart también está muy bien, en especial cuando su personaje no soporta las decisiones de su mujer (excelente escena en la que se lo puede ver diciéndole todo lo que piensa) y al demostrar, con un silencio o una simple expresión de su rostro, el amor de Howie por su esposa. En los roles secundarios, quien más se destaca y quien cuando aparece se roba el protagonismo de dichas escenas (casi todas acompañando a Nicole Kidman) es Dianne Wiest, en una interpretación maravillosa. Vale destacar el trabajo realizado por Miles Teller.

"Rabbit Hole" es una cinta fuerte, que no es para todo tipo de públicos, ya que explora con excelencia y virtuosismo los sentimientos de una pareja ante la muerte de un hijo y se centra en cada una de las reacciones y acciones futuras para superar el dolor. Una profunda, muy interesante, bien guionada y dirigida película, que su mayor virtud es la excelente calidad de las actuaciones de sus interpretes (Nicole Kidman y Dianne Wiest brillan).

UNA ESCENA A DESTACAR: final y la escena de la discusión