El hijo perfecto

Crítica de Walter Pulero - Cinergia

Lo cotidiano se vuelve extraño

Una familia de clase media, sin conflictos, que vive tranquila y alegre, hasta que un día cualquiera sus vidas comienzan a descontrolarse. ¿Qué sucedió? En el umbral de ese mundo fascinante que es la adolescencia, Stella descubre que su hermana mayor Katja, a la que admira, oculta un trastorno alimentario severo. Katja es una bella y exitosa patinadora artística. Stella vivirá el dilema de contar o no lo que sabe, entre la lealtad a su hermana y la preocupación por la salud de ella.

Review:
Stella (Rebecka Josephson) es una chica a punto de entrar en el emocionante y temible mundo de la adolescencia. Vive a la sombra de su hermana mayor Katja (Amy Deasismont), una talentosa y hermosa patinadora a la que sus padres (Annika Hallin y Henrik Norlen) idolatran. La menor trata de imitar el comportamiento de Katja para conseguir su atención y, mientras la observa de cerca, detecta que algo no está bien con Katja. Ella esconde un trastorno alimentario que ha tomado el control de su vida.
Stella se ve obligada a mantener el secreto, de lo contrario su hermana mayor contará el amor secreto de la niña hacia el entrenador de Katja (Maxim Mehmet), es así que se ve arrastrada a un círculo vicioso entre la mentira y la manipulación. Poco a poco los padres de las hermanas detectan que existe algún problema y Stella se aterroriza ante la posibilidad de que este suceso destroce a su familia.
Min lilla syster, que en español se conoce malísimamente como El hijo perfecto (misterios de la distribución si los hay), es una historia que narra acerca de los celos, el amor y la traición a partir de los ojos de una niña de 11 años. Su directora Sanna Lenken elaboró una película muy convincente y a la vez madura, planteando una problemática que en escasas ocasiones se presenta en la pantalla grande. Y no resulta ser casual que la misma cineasta padeció anorexia en su adolescencia, lo cual no es menor al momento de asemejar el desorden alimenticio con las adicciones. Aun así no se detiene en acentuar el foco en los cambios físicos de Katja, sino en sus cambios de sociabilización y efectos en el núcleo familiar.
La forma en que la familia enfrenta al problema intentando en un principio desestimar el problema o hacerlo inexistente, se da de forma consciente y resulta devastador desde el punto de vista del espectador, quien en todo momento está al tanto de la realidad.
Y el resultado final no existiría si no sumáramos el talento de las dos jóvenes actrices, quienes no por nada merecen el mayor reconocimiento a la naturalidad con la que llevan adelante la película. Josephson es nieta de Erland Josephson, conocido por las películas de Ingmar Bergman (clara heredera de su talento). Deasismont, por su parte, es una estrella del pop en Escandinavia. Cada escena entra ambas es una secuencia ejemplar de buenas interpretaciones, quienes grafican la felicidad de la niñez y cómo se va tiñendo de tristeza y drama.