El hijo perfecto

Crítica de Franco Luca Rosselli - Alta Peli

Gran Hermana

El primer largometraje de la directora sueca Sanna Lenken aborda un tema sumamente complejo y delicado como lo es una enfermedad mental. La película nos presenta la historia de Katja (Amy Diamon), una joven promesa del patinaje sobre hielo que parece tenerlo todo: felicidad, belleza, una familia orgullosa que la contiene y la mima, y un gran futuro por delante. Sin embargo, ella esconde algo. Algo que las miradas superficiales de quienes la rodean no alcanzan a ver. Pero hay alguien que la mira con atención. Alguien capaz de ver mas allá de lo que ella aparenta, su hermanita Stella (Rebecka Josephson). Aunque a veces puede sentir un poco de celos porque no recibe tanta atención como su hermana, admira profundamente a Katja. Aspira a ser como ella al crecer, por lo que trata de imitarla en todo lo que puede. Ambas mantienen una estrecha y amorosa relación, la cual se vuelve tensa y conflictiva cuando Stella descubre que su hermana mayor tiene un grave trastorno alimenticio. A partir de ese momento, la pequeña deberá lidiar con el pesado dilema de contarle a sus padres lo que sabe, para preservar la salud de su hermana, o mantenerse leal a ella y cumplir con su caprichoso pedido de no decirle a nadie lo que le esta sucediendo.

Este impresionante debut de Sanna Lenken, tanto en la dirección como en el guion, trata el tema de la Anorexia desde una perspectiva única y personal; ya que ella misma debió enfrentar esta enfermedad durante su adolescencia. A pesar del desafió que representa hablar de esta patología (lamentablemente tan común en los últimos tiempos) sin caer en la caricaturizacion o en el melodrama absoluto, la directora logra entregarnos una mirada autentica, adorable y hasta con toques de humor.

Sin duda, el hecho de que la historia este narrada desde el punto de vista de Stella, la hermana menor, es el gran acierto de la realizadora. Ver el impacto que tan compleja enfermedad produce en el entorno, y en quien la padece, desde la inocente mirada del miembro mas pequeño de la familia es, sin duda, lo que da el toque tan especial que esta obra tiene. Resulta curioso descubrir que es precisamente ella quien primero descubre el padecimiento de su hermana y la que, casi siempre, actúa de manera adulta y logra lidiar mejor con la difícil situación.

Mención especial para las dos protagonistas, especialmente Rebecka Josephson, quien prácticamente se pone al hombro toda la película. Es impresionante como, a su corta edad, logro desarrollar un personaje tan profundo de manera sumamente creíble. Todas las contradicciones e inseguridades de una preadolescente están presentes en su actuación. Por otro lado, Amy Diamond logra construir de manera muy convincente a la joven enferma.

Esta es una película en la que el lenguaje corporal tienen un rol fundamental. Las cosas mas importantes son comunicadas a través de una mirada o un gesto, y ambas actrices logran hacer uso de esta herramienta actoral tan importante de manera sumamente clara y natural. La química que hay entre ellas es muy fuerte. Hace que te olvides por completo de que estas viendo una ficción y te hace sentir como si estuvieses presenciando, en carne propia, los mas intensos e incómodos conflictos familiares.

Técnicamente, todos los aspectos están sumamente cuidados y armoniosamente combinados. Se destaca la dirección, por supuesto, y la bella y delicada fotografía.

Conclusión
El Hijo Perfecto es un drama completamente absorbente. A pesar de abordar un tema delicado, la directora logra hacerlo de manera original, madura y acertada. Con un elenco magnifico, logra construir escenas intensas y visceralmente emocionales, sin recurrir a golpes bajos innecesarios.