El gran casamiento

Crítica de Flor Salto - Loco x el Cine

Enredos maritales… Y de guión.

No siempre que se junta a un gran elenco en una misma película, el resultado es 100% positivo. Robert De Niro, Diane Keaton, Susan Sarandon, Robin Williams, Ben Barnes, Amanda Seyfred, Katherine Heighl, entre otros. El sólo hecho de leer todos esos nombres en una cartelera de cine, y al tratarse de una comedia, seguramente hará pensar a la mayoría que se va a divertirá en grande. Pero lamentablemente, se trata solamente de film pobremente entretenido cuyo mayor atractivo yace, justamente, en el desempeño individual de sus grandes nombres. Lo malo es que están todos en un mismo nivel, y ninguno se destaca por sobre el resto.

La historia se centra en el conflicto que le genera a una familia el hecho de que uno de sus hijos está a punto de casarse. Y ustedes se preguntarán: dónde está el problema; fuera de los típicos pormenores que puede tener la organización de una boda. Y es que, por empezar, el joven Alejandro (Ben Barnes) que está a punto de contraer matrimonio con la bella y americanísima Missy (Amanda Seyfred), es el hijo adoptivo de esta familia. Su madre y su hermana, asistirán a la boda directamente desde Colombia. La mamá biológica y latina es una fanática religiosa, que difícilmente vaya a aceptar que los padres adoptivos (Robert De Niro y Diane Keaton) de su único hijo varón estén separados desde hace ya 10 años, y que el jefe de familia conviva ahora con una mujer más joven que él (Susan Sarandon). Es por eso que se iniciará una gran red de mentiras para intentar cubrir ese malestar y que la celebración tenga la mayor armonía posible. Por supuesto que lo último que sucede es eso y en su lugar, cientos de enredos se nos presentarán en bandeja de plata durante hora y media de película.

Si bien es interesante la cantidad de rollos que salen a la luz en toda la trama, como por ejemplo que el hijo menor y hermano no biológico de Alejandro sea un exitoso médico ginecólogo virgen, que encuentra oportunidad para debutar con la hermana biológica, colombiana y con acento increíblemente sexy (piensen en Sofía Vergara) de Alejandro, que viene a la boda. O sea, ¡su media hermana!

El guión es bastante flojo, hay puntos en que se generan algunas confusiones, y yo creo que el error está en haber cargado de tanta información al espectador en tan poco tiempo. Piensen que la película inicia en el punto en que Ellie (Diane Keaton) regresa a su antiguo hogar después de diez años de separación y se choca ya de entrada con su ex y la nueva pareja en una situación bastante comprometedora. De ahí en más, se suceden incansablemente los detalles más sobresalientes y problemáticos en la vida de cada uno de los integrantes de ambas familias en cuestión. Uf…

Las actuaciones están correctas, pero nada más. Me gustaría haber visto más minutos en pantalla a Robin Williams, quien le podría haber sacado mucho más jugo a su rol de sacerdote. La actriz colombiana que interpreta a la madre de Alejandro, sólo habla español, y eso genera algunos momentos risueños con los actores norteamericanos. Sin embargo, ella es muy mala actriz y deja mucho que desear de un personaje que se podría haber elaborado mucho mejor.

Para colmo, cuando ya éramos muchos,aparecen los padres de la novia; dos muñecos sobreactuados interpretados por Christine Ebersole y David Rasche (Muffin y Barry).

Resumiendo… Reunir a una familia que ya estaba desgastada desde hace mucho tiempo, para intentar celebrar una boda pacífica; no es buena idea. Resumiendo mejor: Pensá bien, antes de encargar los canapé.

@CinemaFlor