El depredador

Crítica de Leandro Porcelli - Cuatro Bastardos

[REVIEW] El Depredador: Cazando el pasado y futuro a la vez.
De la mano de Shane Black regresan las rastas espaciales, enfrentándose en esta ocasión a un grupo de veteranos mentalmente desbalanceados, una científica bastante confundida y un niño con muy mala suerte.
Más de 30 años pasaron desde la primera Depredador (1987), y este es el primer intento real de convertir la franquicia en una serie de films. Prácticamente una obligación de los tiempos en que vivimos, habrá que ver si el ingenio del guionista y director Shane Black pueden convertir un producto en algo con lo que realmente valga la pena entretenerse. Hay autores cuya voz es tan particular que hablar de una de sus películas es también hablar de su filmografía en general, y El Depredador no es ninguna excepción.
La trama no tarda más que unos segundos en ponerse a correr, con una persecución espacial que termina con una nave estrellándose a pocos metros de nuestro protagonista: un francotirador con mala suerte. Siendo el único sobreviviente de este ataque, y teniendo que proteger la existencia de Depredadores al público en general, lo suben a un colectivo con el resto de los veteranos de guerra que serán lobotomizados. Lo bueno es que, viéndosela venir, el soldado en cuestión logro mandar algunos artefactos del Depredador a su hogar para que su hijo guarde como prueba de que no esta loco… lo malo es que esto significa que el Depredador va a estar más que interesado en darle caza a su pequeño retoño.
Un guionista con el estilo de Black (Kiss Kiss Bang Bang, The Nice Guys) no tarda mucho en crear situaciones y personajes que vayan con su muy distintiva voz a la hora de crear historias. En este caso, alienigenas asesinos cazándose mutuamente en medio de los suburbios le da al relato una inmediata sensación de emergencia, mientras que el grupo de personajes nos harán entender rápidamente que una lobotomía podría no haber sido tan mala opción para ellos. Los diálogos corren incluso más que los personajes en un guion repleto del humor que Black sabe darle a sus producciones, no se trata de una película que vaya bien con subtitulo: terminaron reduciendo, o cambiando totalmente, bastante del diálogo del film.
Teniendo la situación y los personajes apropiados, lo único que falta es un mundo que le permita servir no solo como continuación de entregas anteriores de la saga, sino también como trampolín de una posible nueva serie de películas. Afortunadamente, hay que decir que (sacando una escena final que cumple la misma función que una escena post-créditos) El Depredador no pierde tiempo en sembrar futuras películas.
La acción es más que correcta, con la salvedad de que mal no le vendría utilizar planos más abiertos, que permitan no solo leer mejor lo que sucede, sino disfrutar un poco más de alguna de las secuencias que logra crear. Además de tener un plus muy importante que siempre suma en géneros tan sangrientos: no solo hay una saludable cantidad, sino que ofrecen una gran variedad de muertes (aún cuando se trata de secuaces en segundo plano).
Aunque la película termina siendo más una comedia que otra cosa, o al menos equilibrando entre las risas y la sangrienta acción. El humor puede llegar a ser hostil para algunos, no solo por la densidad de chistes que se tiran a cada segundo sino para un público que puede no estar familiarizado con el estilo de Black y puede interpretarlo como un intento de imitación al estilo Marvel. Termina siendo una sangrienta comedia negra que disfruta la oportunidad de pasear a un asesino intergaláctico con rastas, y como mínimo cumple particularmente bien con todo lo que eso implica.
Como entretenimiento liviano y momentáneo, hay muy poco que criticarle. Pero hay detalles varios, como por ejemplo las motivaciones de sus personajes, que se encargaran de sacar de quicio a más de uno. Inevitable siendo que vivimos en una era de sobre análisis y canales de youtube que cuentan “terribles plot-holes, papá!” como si el cine fuese béisbol. En una vida llena de películas tan irregulares como esta, siempre tiene que haber lugar para la interpretación subjetiva, y posiblemente este sea uno de los mejores ejemplos a gran escala… al menos desde el último gran ejemplo: Iron Man 3, dirigida obviamente también por Shane “Quilombo” Black.
Esta es una película en que gran parte de la audiencia no encontrará la forma de disfrutarla, mientras que un grupo puntual seguramente va a quedarse encantado con las refrescantes libertades que un producto con tanta personalidad ofrece. Es especialmente recomendable para todos aquellos que se sientan cómodos riéndose no solo con sino también de las películas, no por lo malas en este caso sino por lo… particular de algunas decisiones. No se quien sigue creyendo que es buena idea darle a Shane Black productos que necesitan gustarle a las masas, pero que Dios bendiga su estupidez.
Para resumir, el recibimiento que esta teniendo, en críticas y números, no extraña para nada, siendo que se trata de un film realmente conflictivo. Seguramente sea más fácil disfrutar de las varias cosas que ofrece en retrospectiva, una vez que el fracaso de la franquicia haya sido consumado.