El depredador

Crítica de Gabriel Luque - EL LADO G

Una entrega fallida de la saga y un film que al mezclar tantos elementos, termina como una película despareja para lo que pretendió ser con un final totalmente decepcionante.

Desde su llegada a los cines en 1987, el cazador interestelar Yautja, patentó su imagen de criatura tecnológicamente letal y salvajemente cuasi invencible del mundo del cine, al punto de terminar rivalizando con los Xenomorfos de Alien, tanto en comics de la editorial Dark Horse, como en sendos filmes donde se enfrentaron. Los cuales no dejaron satisfechos a gran parte de sus fans, ya que la mística presente tanto en Predator 1 y 2, no estaba presente. Pasaron unos años y en 2010 se estrena Predators, donde se retoma un poco de la premisa original, además de presentar elementos nuevos para enriquecer lo que sabemos de estos enigmáticos cazadores alienígenas. Si bien es un film digno, pasó sin generar mucha repercusión.

Cuando en 2014 20th Century Fox anunció que el proyecto de una cuarta película de la saga empezaba su pre-producción y con la dirección de Shane Black, tácitamente en el fandom se generó un voto de confianza ya que es un director con experiencia en acción. Guionista de Lethal Weapon (1987), Last Action Hero (1993), más un extenso etcétera como guionista y director que incluye Iron Man 3 (tal vez su paso en falso) y a su vez uno de los actores de la entrega original de 1987, interpretando al inefable Hawkins (aquel que leía comics y hacia chistes de vaginas!!!). Durante su pre-producción se barajaron nombres como Benicio de Toro (en el rol protagónico) y del mismísimo Arnold Schwarzenegger, quien volvería con su personaje del film original, el legendario Dutch, pero que declinó su participación ya que solo estaba planeada como un cameo. Finalmente el rodaje se realizó entre febrero y junio de 2017.

El film arranca con acción desde el minuto uno. Una persecución entre naves Yautjas termina en la Tierra en medio de una operación de fuerzas especiales, derivando en una masacre con un único sobreviviente que a su vez, por tratar de acreditar lo que vio, involucra de manera accidental a su familia. Este militar termina entremezclado en un grupo de veteranos con problemas mentales para ser desacreditado de lo que vio, ya que una organización gubernamental llamada Stargazer, viene siguiendo los pasos de los Yautjas hace décadas, logrando capturar vivo al Depredador fugitivo para someterlo a experimentos. A su vez su perseguidor, el denominado Ultimate Predator, sigue sus pasos de manera implacable, enfrentándose a los protagonistas y destruyendo todo a su paso con tal de lograr su (misterioso) propósito que se va revelando con el correr de la cinta.

Si bien el planteo del plot, el cast, el diseño de producción, la fotografía y los FX lucen prometedores, es la manera en la que están ejecutados lo que genera el punto débil de la película. Las escenas de acción, están bien filmadas, hasta muchos planos y travellings en partes boscosas nos recuerdan a la manera que McTiernan plasmó esa selva interminable en la Depredador original. ¡El gore! Vuelven las tripas, la sangre y desmembramientos. O los easter eggs de las referencias a los hechos de las 2 primeras o de que uno de los científicos de Stargazer (Jake Busey) es el hijo de un personaje de la 2, el cual también perseguía Yautjas, (interpretado por su padre Gary Busey) y que ahora podríamos decir que era la de la misma organización secreta. Y ni hablar cuando empiezan a sonar los ya celebres acordes de Alan Silvestri en muchas escenas. Es ahí, en ese momento, que uno realmente siente que volvió la mística. Que Shane Black volvió a las raíces, que captó la esencia que marcó un hito en el genero de Sci-Fi en los 80s. Entonces, después de nombrar estos aspectos positivos, ¿qué es lo que hace que éste film tenga puntos flojos que afecten a toda la película en sí?

El arranque es sólido, hay acción, sangre y un Predator rompiendo gente, armando un primer acto con bastante gancho, pero con el correr de los minutos, los nuevos personajes que aparecen, las situaciones y hasta el tono de la película empiezan a generar una discordancia digna de estar mirando dos películas bien distintas a la vez.

La lucha planteada a varios frentes, entre los protagonistas, el Predator y la organización Stargazer, cada uno con sus intereses, es un punto a favor que le quita lo lineal de lo que se podía esperar del film. Pero las situaciones “familia” disfuncional, el niño con autismo con talentos especiales para entender la tecnología Yautja o la escena de “disfraz en halloween” siendo ya un recurso remanido como para dar un link con los 80s a lo Stranger Things, son las partes que parecen estar de más en la película, ni hablar del humor en partes que no van.

Punto aparte merece el Ultimate Predator, que pese a su justificación como “un mejorado genético con lo mejor de otras razas”, presenta uno de los diseños más vagos y faltos de imaginación que se vieron, haciendo quedar a los Black Predators, de Predators (2010), como algo más elaborado y coherente. Otro factor negativo que no se puede dejar pasar: la pérdida de todo lo enigmático que envolvía a los Depredadores en una película. Todos esos datos que se fueron dilucidando con el correr de los años, film tras film, para entender sus intenciones y su cultura, acá quedan reducidos a nada cuando podemos ver como hablan de manera subtitulada o ¡usando un traductor!

Tanta sumatoria de elementos negativos que van tomando lugar desde el nudo, para llegar a un final realmente decepcionante, casi como si fuera una sátira o una película de bajo presupuesto (revelando el McGuffin con el diseño más horrendo de la historia de Predator, algo tan básico que ni la línea de juguetes vintage de Kenner o el comic más fumado y de relleno de Dark Horse tienen). Es una gran pena que estos factores de guión, diseño y dirección, empañen lo que podría haber sido el regreso a una gran película de la saga. Una pena por el cast, ya que las actuaciones están bien y cumplen. Y es saber que Shane Black esta detrás de esta producción, lo hace que el resultado final sea una decepción.

The Predator es por varios factores, una entrega fallida de la saga. Un film que al mezclar tantos elementos, termina como un film desparejo para lo que pretendió ser, haciendo ver a Predators o a la primera A vs P como filmes más sólidos y coherentes con el género y a la franquicia a la que pertenecen.