El cuento de las comadrejas

Crítica de Mishell Patiño - Metafilmika

La supremacía del más astuto
Un mundo en donde cada vez más la juventud te empuja a reinventarte, Juan José Campanella (El secreto de sus ojos, 2009) plantea la disyuntiva entre la novedad y la sabiduría que otorga la experiencia.
La película cuenta la historia de una actriz Mara Ordaz(Graciela Borges) de la era dorada del cine argentino que comparte una mansión en decadencia con tres hombres: su esposo Pedro de Córdova(Luis Brandoni), un guionista Martin Saravia(Marcos Mundstock) y un director de cine Norberto Imbert (Oscar Martínez) con los que solía trabajar. Juntos, hacen lo imposible por conservar el mundo que han creado en su hogar ante la llegada de dos jóvenes que plantean la posible venta de la mansión.
El director y guionista presenta un interesante uso del trasfondo de los personajes para la creación del universo de la película, con personajes que son del mundo del cine y constantemente rinde homenaje a esas producciones de la vieja escuela, resalta el uso de los encuadres aberrantes y sombras explorando su lado noir con las intrigas y el humor negro, con una paleta de colores sobria y su excelente apreciación del cine mudo.
No obstante, esto puede llegar a ser un arma de doble filo y quitar credibilidad, puesto que el homenaje se transforma en cierta forma, en una parodia. El elemento más susceptible son los diálogos cuyo realismo fue degradado al punto de cuestionarnos la verosimilitud de toda la producción, por ser muy elaborados y no creíbles. Sin embargo, a pesar de las dificultades cuenta con actuaciones sólidas, entre las que destacan la de Clara Lago. Es agradable el buen uso de la música, sobre todo por la selección de clásicos universales.
"Una historia simple, pero con buenos temas (la nostalgia, la autopreservación, los delirios de grandeza y el enfrentamiento generacional) con una que otra moraleja evidente, de humor mayormente forzado, se necesita de paciencia y atención para lograr empatía con la película."