El club de las madres rebeldes

Crítica de Rolando Gallego - EscribiendoCine

Hartas!

En los caminos inciertos y dubitativos de la nueva comedia americana, un grupo de películas se destacan por su corrosivo humor y la posibilidad de colocar en la pantalla, situaciones identificables que generan empatía aún en su tratamiento desagradable y soez. Dentro de esta última corriente, se inscribe El club de las madres rebeldes (Bad Moms, 2016).

Dirigida por Jon Lucas y Scott Moore, la película se enfoca en Amy (Mila Kunis), una joven madre profesional, que ve como un día su perfecta organización para poder cumplir con todos los roles que le toca jugar, intenta analizar la actualidad de la educación, la crianza, los vínculos sociales y mucho más, con mucho humor.

Si por acá hemos tenido a Roxi, la protagonista de Según Roxi, la serie que hablaba de la maternidad como un estado imperfecto e impuesto, ajeno a aquella descripción idílica de novelas y cuentos, en El club de las madres rebeldes todo es mucho más exagerado en un guion que no da respiro con las irrisorias situaciones imaginadas para Amy y los suyos.

En el arranque una narración en off de la protagonista ubica la acción y todos los obstáculos por los que debe a diario atravesar para que la agenda propia y la de sus hijos, perro y marido marche sobre ruedas. Pero cuando en el peor de los días, una serie de desafortunados eventos la llevan a una reunión de padres nocturna, innecesaria, su manera de manejarse en la vida cambia, harta de todo. Junto a dos nuevas amigas (Krysten Bell y Kathryn Hahn) pasa sus horas pensando actividades lúdicas, que lindan lo ilegal, para poder reencontrarse consigo misma y así también ofrecer al resto un nuevo acercamiento hacia ella, mucho más relajada y feliz.

El film posee una primera parte mucho más descriptiva, para luego dejarse llevar, a partir que la protagonista decide ser una “mala madre”, en una serie de situaciones que lindan con la comedia corporal, aquella que tuvo grandes representantes y que no se ha vuelto a producir últimamente con un resultado aceptable.

El club de las madres rebeldes es contemporánea, dinámica, y con la habilidad de no sólo incorporar una serie de referencias culturales en sus gags, sino que además, suma las redes sociales para expresar el estado de los vínculos sociales, efímeros, vacuos y sin sentido.