El clan

Crítica de Nicolás Benquerença - Imperio Gamer

Ayer, con una sala en donde no sobraba un solo lugar, asistí a ver esta nueva producción de Pablo Trapero, que asumió el riesgo de dirigir un hecho verídico contando la historia de la familia Puccio, que como se ve en la ficha técnica, directa o indirectamente los integrantes de la misma estaban vinculados con el secuestro de personas y posterior pedido de dinero por el rescate.

Hablando un poco de los protagonismos, sin duda destacamos a Francella y su papel de Arquímedes Puccio, con un perfil de jefe de familia, autoritario, frio ( no piensen ver una sonrisa de parte de él), ambicioso, meticuloso y hasta psicópata, dejando una actuación soberbia en el buen sentido como nos tiene acostumbrados, siendo el estratega principal de los secuestros. Seguido en protagonismo viene Peter Lanzani y su papel de Alejandro Puccio, aquel reconocido Rugbier de los Pumas. Un personaje raro, ni bueno ni malo, indeciso y sentimentalmente cambiante . El resto de las actuaciones no vale la pena extenderse mucho ya que no son muy preponderantes, por un lado la familia que si bien están constantemente en las escenas, su estado de concientización es lo que realmente sorprende, y por otro lado personajes ajenos a la familia ( victimas y cómplices) con aun menos protagonismo, pero no menos importancia con los sucedido.

Los escenarios no son muchos, la casa, unas calles, un parque, un bar, un aeropuerto y algún edificio gubernamental, pero están cuidados hasta el más mínimo detalle, no dejando lugar a que percibamos algo que no cierra con la época del hecho, situado en los años 80, tan así que lo único que me llamo la atención es el uso en algunas escenas de vehículos que parecían de colección quizás por la complejidad de encontrar rodados de la época en uso en la actualidad. Acompañando a la escenografía a tan alto nivel también esta la banda sonora. Apelando a música de la época, como Serú Girán, Virus y hasta Creedence, en el lugar y momento justo generando en la mayoría del publico ese pequeño movimiento en nuestras piernas que indican una tensión natural por lo que esta por pasar o lo que se viene, mas haya de que sepamos la historia. No hay mucho para criticar, salvo muy pequeños detalles de algunas escenas, como por ejemplo una en donde Arquímedes y Alejandro discuten y hay un par de cosas que no cuadran con lo que pasa, pero no más que eso.

La película avanza haciendo uso constantemente de escenas con saltos de tiempo que en cierto momento encajan a la perfección en el final, ademas de vídeos y audios originales de la época, principalmente de Alfonsín, que hacen notar el perfil político de Arquímedes, además de la ideología religiosa donde lo podemos ver en varias oportunidades con una fuerte creencia en Dios, un dato no menor si revisamos las creencias de algunos de los miembros de la dictadura.

El Clan es una historia realmente escalofriante desde principio a fin, mostrando un fuerte papel de vinculación, aunque muchas veces sin nombres de pila, de personajes de mucho poder, que en lugar de garantizar la seguridad de la gente proveían protección a personas como los Puccio, con información, contactos, zonas libres, para dar rinda suelta a los secuestros y asesinatos que sucedieron durante una de las épocas más nefastas de la democracia Argentina y que luego continuaron de forma privada.

Al principio mencione algo sobre correr un riesgo al realizar una historia verídica y se preguntaran porque, si al ya tener la historia todo es mas fácil. Esto es muy subjetivo, pero considero que una producción de un hecho verídico, ya sea para los que están interiorizados con la historia o los que no, debe dejar algo mas allá de la simple reproducción de un hecho y que por eso no se puede hacer una película de cualquier cosa, y es ahí donde Pablo Trapero dio con el clavo.

El Clan, con una hora y casi cincuenta minutos que dura, y que realmente se pasan volando, sin duda va a ser una de las mejores y más taquilleras películas de nuestro país, y esperemos de la región, ya que una producción nacional de tal calibre merece triunfar.