El clan

Crítica de María Laura Paz - El Espectador Avezado

Un expediente judicial, el N°232, una familia como principal culpable de una seguidilla de secuestros y asesinatos en San Isidro, Norte de la Provincia de Buenos Aires. Ellos son el denominado "Clan Puccio". No fueron ficción sino una pesadilla que se desató en los años en que la Argentina volvía a la democracia. Este año se cumplen justo 30 años de la detención de Arquímedes Puccio, Alejandro, Maguila, Epifanía, Adriana y Mónica (novia de Alejandro).
El director encargado de narrar esta historia es Pablo Trapero, que nos tiene acostumbrados a un cine que muestra procesos sociales en personas que quedan al margen, que son marginales, que viven en ámbitos en donde se produce el descarte. Aquí, en "El Clan", se pone el foco en una familia, aparentemente de buen pasar: Arquímedes, el padre, es contador, a la vez hace "trabajos" para la Secretaría de Inteligencia del gobierno militar, todos los ven como una buena persona que sale cada tanto a barrer la vereda, tiempo después se descubrirá que esto es más que limpieza. Alejandro es un joven talentoso para el rugby, ganador con su equipo, se sueña en Los Pumas, se tienta con la propuesta de su padre para participar de actividades que serán peligrosas aunque darán sus réditos económicos. Epifanía, su madre y el resto de la familia, acompañan lo que sucede. Ella prepara arroz con pollo, cenan todos juntos y bendicen la comida. Epifanía separa una porción y la llevan al sótano, donde espera la primera víctima de los Puccio: Eduardo Manoukian. Lo más terrible es que los secuestrados eran amigos o conocidos de los victimarios. El doble juego de apariencias es lo que los cubrió con un manto de inocencia por muchos años, los hijos más pequeños de la familia empezaron a notar que había cosas que escuchaban que los angustiaba. Las decisiones se empiezan a precipitar...
Las actuaciones de Guillermo Francella, como Arquímedes Puccio, y sobre todo la de Peter Lanzani, como Alejandro, son impresionantes. En el caso de Francella, por el estudio de los gestos, las actitudes, la frialdad y la manipulación de su personaje sobre sus allegados que no les permite verlo el ambicioso criminal que realmente es. Su personalidad hace que "las primeras víctimas de Arquímides sean su mujer y sus hijos", según comentó Trapero, quien investigo la historia de los Puccio a través de testimonios surgidos de los expedientes judiciales, de los jueces de la causa y de algunos familiares de secuestrados, los pocos que quisieron hablar y aportar datos. Uno de los hermanos Puccio, apodado Maguila, se fugó de la cárcel y nadie sabe dónde se encuentra. No pudieron rastrearlo. Guillermo, el hijo menor, tampoco quiso hablar. El Alejandro Puccio que recrea Peter Lanzani muestra todos los sentimientos encontrados que le produce ser el nexo con las víctimas y hacer como si no supiera nada. Se enamora, y el amor llega tarde, ya está muy implicado en los planes de su padre. Todo eso se ve en su rostro y en la cárcel que se va construyendo y que complicará su vida futura (los que conocen o han leído sobre esta familia saben cuál fue su destino).
Para la ambientación en la década de los 80 se realizó un trabajo de postproducción para borrar ciertas cosas que no eran de esa manera o edificios que no existían, se le dio un tinte como de Instragram a los colores, la banda sonora, aunque en su mayoría suene en inglés, no va a molestar, al contrario enriquecerá el tratamiento cinematográfico. El plato fuerte de las canciones está en el final con "Encuentro Con El Diablo" de Serú Girán, es la mejor radiografía del patriarca Arquímedes.
Se han elegido ciertos recortes periodísticos de la época. Me impactó el "nunca más" de Alfonsín en el Juicio a las juntas militares, como nunca más a la violencia de todo tipo y según Pablo Trapero, el hecho de que haya existido "el clan" es un producto derivado de esos años de dictadura que permitieron que gente inescrupulosa siguiera utilizando métodos de terror para sus propios intereses camuflándose por el silencio de los que podían hablar y no lo hacían o porque quedaron pegadas las anteojeras que nos protegen del miedo en situaciones tan extremas. También habrá algunas escenas de programas de la época: "Mesa de Noticias", "Semanario Insólito", etc.
Es la segunda coproducción de El Deseo, la empresa de los Almodóvar, que depositó su confianza en Damián Szifrón y sus "Relatos Salvajes", K & S Films y se agrega Matanza Cine. Y la película, que se estrena simultáneamente en todo el país este jueves 13 y aunque no entró en la competición del Festival de Cannes (Trapero se entusiasmó en la Sala de Montaje y no llegó para esta primera competencia), se metió en el Festival de Venecia y es posible que tenga chances de ganar algún premio.
En el comienzo, tal vez por este tema de la edición, es un poco caótica, más parecido a "El Bonaerense", cuando se encarrila la acción, tiene más de "Mundo Grúa" o la excente "Elefante Blanco".
Es una película violenta, no es truculenta. Para los que se interesen en los misterios de las mentes criminales y porque esto es un hecho basado en la realidad, una muy terrible y que ojalá no se vuelva a repetir.