El ciudadano ilustre

Crítica de Rolando Gallego - Lúdico y memorioso

El Ciudadano Ilustre

Quizás resulte difícil separar la interpretación, notable, de Oscar Martinez del personaje que interpreta en “El Ciudadano Ilustre” (Argentina, 2016), la nueva incursión cinematográfica de la dupla Gastón Duprat y Mariano Cohn.

Daniel Mantovani (Martinez), un laureado escritor que hace 40 años se encuentra fuera del país regresa a Salas, el pequeño pueblo que lo vio nacer para recibir el premio que da título al filme.

Con miedo, de no saber qué va a encontrar, Mantovani emprende un viaje que terminará por afirmarle aún más los motivos por los que decidió alejarse, ya que en ese pequeño infierno, además de su ex novia (Andrea Frigerio), algún conocido (Dady Brieva), un grupo variopinto de personajes lo expondrán a todo aquello que el temía volver a ver.

El guión de Andrés Duprat reposa en la mirada particular del pueblo, el que, quedado en el tiempo, ubica al escritor a lo peor del lugar, que aún sigue sin perdonarle el utilizar el mismo como fuente de inspiración para su obra.

Tras recibir su premio Nobel, el hijo pródigo regresa, y el gag imposible de encorsetarse, explota en la pantalla, mientras se reflexiona sobre el rol del artista en la sociedad, su ascenso, caída y desaparición.