El cisne

Crítica de Marcela Barbaro - Subjetiva

“El cisne”, de Ása Helga Hjörleifsdóttir
Por Marcela Barbaro

Salpicada de la mitología nórdica, como de las tradiciones culturales y la libertad sexual que caracteriza a los islandeses, El cisne de la directora Ása Helga Hjörleifsdóttir, es una co producción entre ese país, Alemania y Estonia, que nos acerca a una cinematografía poco cultivada en nuestro país.

La protagonista es una niña de 9 años llamada Sol (la bella Gríma Valsdóttir), que es enviada por sus padres, como castigo, a la casa de unos parientes lejanos durante un verano. Allí aprenderá a trabajar en el campo y vivirá nuevas experiencias en medio de un paisaje solitario de montañas y praderas. La idea es que madure y corrija su mal comportamiento. En medio de su proceso de adaptación, conocerá a Jon, un joven que escribe y trabaja con ellos, sólo en temporada, por quien siente una atracción. Ese primer deslumbramiento, se interrumpe con la llegada de la hija del matrimonio, una joven complicada con quien parece competir. Sol pone a prueba su adaptación, enfrenta la soledad y se aferra a su imaginación.

Basada en la novela El cisne del escritor islandés Gudbergur Bergsson, un libro donde narra su biografía a través del relato en primera persona de una niña castigada. La película adapta el tema y los personajes literarios para hablar sobre el castigo, una práctica habitual en Islandia, que aún se sigue practicando. En este caso, Sol robó y debe saldar sus errores para crecer.

El relato se construye a través del punto de vista de la niña, de su percepción del mundo y de una estética cuidada que mezcla lo real con imágenes oníricas y fantásticas, para acompañar una leyenda local, que subyace de fondo, a acerca de un monstro que habita en el lago, convertido en cisne. La voz en off de la protagonista intercala pasajes del libro, mientras enfrenta su estado de rebeldía y resignación al sentirse ajena en un mundo de adultos desconocidos.

Un aspecto para destacar es la tensión constante que se maneja dentro del hogar, y entre los personajes, a quienes no terminamos de conocer ni tampoco se profundiza las causas de sus conflictos. Entre ellos, el padre de familia es interpretado por el reconocido actor islandés, Ingvar Sigurðsson(Animales Fantásticos, Medidas extremas, Trapped, Everest), como un trabajador agrícola de viejas costumbres y pocas palabras. En medio de ese desconocimiento, se mantienen algunos diálogos con planteos existencialistas que juegan como contrapunto en ese hogar que parece perfecto y armonioso.

La película tuvo su estreno mundial en la sección Discovery del 42º Festival Internacional de Cine de Toronto. Y ha recibido el Premio a la Innovación en Cine dentro del Festival Internacional de Cine de Calcuta, como así también, el galardón a la Mejor Película Cinema del Mañana, en el Festival Internacional de Cine del El Cairo.

El Cisne, primer largometraje de la directora nacida en Islandia, podría ser un modelo de película proyectada en la sección del BAFICI “Hacerse grande”. Una historia crítica que juzga con libertad y se enmarca en el género comming of age de la literatura y el cine, donde se fusionan ambos lenguajes, resaltando el aspecto alegórico, que le da origen.

EL CISNE
Svanurinn. Islandia, 2017.
Dirección: Ása Helga Hjörleifsdóttir. Guion: Ása Helga Hjörleifsdóttir.
Intérpretes: Thor Kristjansson, Blær Jóhannsdóttir, Gríma Valsdóttir, Ingvar Sigurðsson, Katla Þorgeirsdóttir. Fotografía: Martin Neumeyer. Montaje: Elísabet Rónaldsdóttir, Sebastian Thümler. Música: Tiina Andreas. Duración: 91 minutos.